Por Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
Marzo 22 del 2025
Las alegrías no pueden ser efímeras y tampoco, pueden emplazarse como estados de ánimos perennes. Lo que se están perdiendo todos aquellos emigrantes que abandonaron la ciudad, pensando que no había alternativa. Por aquí traza una niña frágil, algo pálida pero con un portento que emana fuego y arrebatos, cada vez que canta, baila, anima y arrasa en escenarios que jamás en la vida habíamos pensado ver por estas lumbreras.
Hay otra ciudad, otras entelequias, otras vicisitudes y cuando algo de este estilo ocurre, saltan a la vista los “sacadores de pecho”. Se urden unos matices que en medio de la borrachera de los festines y del plato servido para saciarse, los protomachos y las promachas olvidan que todo esto es fruto colectivo y no de unos pocos. Ahora vociferan sobre la innovación como si ese término, fuese una sarta de guandules remojados con carne salada y cucayo, o probablemente como para no ir más lejos, se inventen carreras universitarias en ingeniería de inteligencia artificial (un poco de respeto con los jóvenes por favor… )
De esta manera, hay innumerables advenedizos que trazan pautas sobre lo que es el enriquecimiento inmediato o probablemente, promiscuan el camino a las estrellas con alternativas ladinas, fuera de la seriedad y mascullando adrede, todo un ardid de irrealidades y promesas edulcoradas con trapisondas. La moda va quizás en una vestimenta de temporada, pero Barranquilla y sus entornos, no puede confundirse con base en habladurías mediáticas.
Esta niña de por aquí saca sus producciones motivadas por sus vivencias y también sin negarlo, por su entorno. Ella es poesía, es creatividad y ella es trazadora de caminos. No vaya a ser que en medio de esta confusión, pretendan seguir elevando la ciudad a destinos siderales, donde la carga impuestiaria se torne tan asfixiante, que no encontremos compradores para deshacernos de las obligaciones y de nuestro querer ser... Ese es precisamente el pecado de la exaltación y de la bruma propagandística: te mienten y te clavan el sapo para que después, termines comiéndote las uñas.
Es totalmente innegable dejar de reconocer que vamos, por ahora y bajo estos estados de ánimos, incresendo. Por ahí hay una serie de televisión que emplaza a la ciudad y a la más selecta y porfiada, de todas las clases sociales, que oficialmente existen y que están reflejadas e inscritas, en los recibos de los servicios públicos, como para que no tenga ni la más mínima brizna de duda, que eso, en ese respecto y bajo estos ámbitos, tampoco pulula. Entonces toda esa placidez resultará siendo mucho más peligrosa que la realidad. Por eso me acuerdo de los emigrantes, en vista de que junto con mi familia, fuimos unos de ellos… Sin embargo, bajo todos estos arreglos que se están dando actualmente alrededor de la ciudad, pesa mucho más que sea el 80% o quizás más, el que en términos de desenvolvimiento subsidie a los selectos. No es que queramos sentar un precedente sino que a la vez, en términos de contradicción social, una fisonomía de este estilo puede hacer mella en el tejido social.
Olvidan muchos el peso del estado y del conmesuramiento geológico, de la dicción geomorfológica, de la verdadera geotecnia que hay que atreverse a formular para saber cuáles son los espacios posibles y cuáles no. Los desentendidos per se, aquellos que se configuran como los más peligrosos para estar a cargo de la dirección de la ciudad, trazan planes de ordenamiento territorial sin saber con certeza, quienes son los valentes de urgencia y quienes pueden esperar un poco. Noten por favor, el adefesio de lo que llaman ciudad de Mallorquín y se percatarán ustedes de lo que es un caos y un desorden en las nuevas propuestas urbanas. Un carnaval hecho por ese 80% que ayudaron a fundamentar, con esa cosmogonía pluriétnica, raizal y locuaz que tanto gusta. Para colmos tarfufos, la palabra hablada y la misma esencia de nuestra expresión, que ahora se discute por la serie de marras, está en boca de los foráneos, cuando nunca eso se había visto… Dejen a los actores quietos y por lo menos celebremos su atrevimiento porque ellos, a pesar de no ser de aquí, también empujan y con fuerza. Les va a pasar lo mismo que a la niña nuestra, que con cada nuevo concierto, el show se pone mejor y con más expectativa…
Por tanto, se emplazó esta ciudad en una loma franqueada sobre una microplaca tectónica. En el barrio Los Nogales está punteada y vaya de que manera. Miras a Tubará y es lo mismo. Juan de Acosta dice: yo también lo soy. Aquí se expone una serie de pinturas de deseos, unas aspiraciones de todos y a fin de cuentas, todos nos presentamos valentes y con innumerables aportes. Es esa especie de salto, de brinco exotérico que ocurre muy raras veces. La Selección Nacional por ahí se asoma y yo me vuelvo a preguntar: ¿será que esto es una “fiebre”, un sueño dulzón y atropellado o de pronto, es el camino para enrumbar una ciudad que de acuerdo a los dictados del antropogenismo atmosférico, será una de las poquísimas en el mundo que saldría beneficiada?. ¿No me creen?. Pues bien, no todo es desolador, ni avasallante, ni quimérico, como trata de plasmar en cuartillas sanctas, la oficialidad estatal. Es la adaptación mi hermano, es la adaptación… La regulación la inventó el 10% en aras de ese interés, con un porcentaje de ese estilo: del 10% o más, con herederos incluidos. Marica el Rey como decimos por aquí…