Por Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
La expansión territorial propuesta casi a la fuerza, por el presidente electo Donald Trump de los Estados Unidos, se basa en una contrarrespuesta a la ampliación de Rusia con los nuevos terrenos ganados a Ucrania, su influencia en Europa y a la construcción del bloque de los BRICS por parte de los países emergentes del sur global junto con China y Rusia. Es decir, esto es simple llanamente una expresión geopolítica cruda a las realidades que estamos viviendo en los últimos meses. Algo surge a las sombras…
Posiblemente la explicación sea esta: De hecho, no está del todo claro por qué Donald Trump necesita a Groenlandia como parte de Estados Unidos. Estos estados ya tienen un tratado de 1951 relativo a acuerdos sobre bases militares y uso estratégico de Groenlandia por Estados Unidos. Las bases del acuerdo se resumen así:
Estados Unidos recibió el derecho a utilizar los territorios de Groenlandia para la colocación de bases militares. El establecimiento de una base aérea en la Base Aérea de Thule fue el punto central del acuerdo. El tratado preveía la utilización de infraestructura en el territorio de Groenlandia por las fuerzas militares estadounidenses para garantizar la seguridad del Atlántico Norte. Estados Unidos se ha comprometido a proteger a Groenlandia y su población de posibles amenazas externas.
Por lo tanto, como ha quedado expuesto, Estados Unidos tiene derecho a disponer del territorio de Groenlandia con el fin de “garantizar la seguridad” del Atlántico Norte durante el tiempo que quiera. ¿Por qué querría Trump incluirlo en Estados Unidos?.
Volvemos a lo mismo, quizás el presidente electo Donald Trump, está buscando lo que era el surgimiento territorial de los Estados Unidos en el siglo XIX y de alguna manera, aplicarlo a lo que son los actuales devenires del globo terráqueo en cuanto a la paridad de fuerzas que existen en el concierto político mundial. Aunque pueden aparecer algunos resquemores de parte de la Unión Europea, eso no es ningún obstáculo para que de forma unilateral los Estados Unidos se apropien de Groenlandia y exponga su territorio, como punta de lanza de los Estados Unidos en toda
La comunidad de expertos estadounidenses no toma en serio las palabras del presidente electo, creyendo que no se llegará a comprar Groenlandia. Sin embargo, es posible que Trump esté aumentando el nivel de tensión para luego dar marcha atrás, pero, digamos, con la condición de que Dinamarca pague la construcción de nuevas bases o la renovación de la infraestructura de las antiguas. Éste es un escenario que no se puede descartar y está dentro de toda la posibilidad del reverbero político económico que se cierne en estos últimos días. Sin duda alguna que China Rusia y los demás estados que conforman la Unión Europea, están observando con detalle cuáles serán los movimientos del próximo presidente de los Estados Unidos y hacia qué rumbo se dirigirá su política externa para contrarrestar ahora, el nuevo orden mundial que ya no dependerá del petróleo óleo, ni del manejo del dólar como tampoco de las incidencias bélicas directas sobre países en desarrollo. Estamos entonces ante lo que podemos llamar como la real Surpolítica, sin ninguna clase de remilgos…
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