martes, 30 de julio de 2024

EL DERECHO A CONOCER LAS PRUEBAS


Por: Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
Julio 30, 2024

La jornada electoral terminó ayer en el país de Venezuela con la victoria de Nicolás Maduro. Inmediatamente la oposición liderada por María Corina Machado, declaró el fraude electoral, sin siquiera dar a conocer ápices de pruebas ante semejante delito. Probablemente lo incómodo en esta clase de tretas, es repetirla en cada jornada de elección presidencial que se lleva a cabo en el vecino país. Ese es el sello de garantía de la oposición en Venezuela: declarar fraude en caso de notar sus probabilidades menguadas en las mismas. Un “sello” indistintivo del cual jamás podrán sustraerse…

Jornada electoral en el estado del Zulia, Venezuela...

¿Cuáles son y cómo caracterizaría usted los delitos electorales durante una jornada de votación?. Ante una interrogación de ese estilo, aparecerían muchas variantes para contestarla. Podríamos hablar de suplantación de firmas por ejemplo, o quizás de otro lado, podrían exponerse la alteración de las actas y/o los números que llevan consigo. Incluso, también podríamos citar el trasteo electoral o el pésimo y degradado conteo de votos. Es decir, en pocas palabras, tendríamos una multiplicidad de motivos para citar lo que catalogaríamos como extendido fraude.

A pesar de todo lo anteriormente expuesto, y con los consabidos anuncios que datan de hace más de tres meses, cuando la misma María Corina manifestaba que no iba a reconocer el resultado electoral, si le era desfavorable. ¿Será que hay sindéresis y ecuanimidad en un planteamiento de este estilo?. Ante tan serias acusaciones, lo poco que uno debería presentar casi que de manera obligatoria, son las pruebas y verificaciones que respalden una trama de esos ribetes. A su vez, las mismas tendrían que estar soportadas y documentadas de tal forma, que pareciesen irrebatibles, objetivas y claramente relacionadas con los delitos en cuestión.

La señora María Corina Machado, no ha presentado una sola prueba sobre delitos electorales, como tampoco ha dado detalles específicos de algún comportamiento malévolo, que llegue a inducir un fraude generalizado en las elecciones presidenciales de ayer en Venezuela. Repito: ni una sola… es que da tristeza ver a Edmundo González ser usado como vulgar comodín de juego sin que diga palabra alguna. Por tanto: ¿cómo es posible que varios medios de la prensa mundial, vociferen a borbotones un fraude general sin exponer una sola demostración al respecto?.

No sabemos si esta clase de suertes volatineras o funambuleras, por simples anuncios de extrema voluntad, puedan llegar a convertirse en pruebas rotundas y fehacientes, de todo esto que nos concierne. Yo no lo creo, pero como siempre, asusta observar a varios jefes de estado, como también algunas casas editoriales pregonando un fraude que no está sustentado con pruebas irrefutables. Por eso volvemos a insistir en esa misma pregunta: ¿dónde están las benditas pruebas?.

Estamos haciendo el relato sobre asuntos muy serios y por lo tanto, merecen la mejor discreción, mesura y entrega para su aclaración. Si optamos por el beneficio de la gran mayoría, pero jamás olvidándonos de nuestros contradictores, ya esta situación se hubiese solventado muchos años atrás. Particularmente yo no estoy dispuesto a darle crédito a un parecer a sabiendas de que el acervo probatorio, debe ser cumplido en todas sus extensiones por todas las partes involucradas, tanto la oposción como los que están a cargo del gobierno.

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