lunes, 26 de octubre de 2020

CHILE DENTRO DEL CONTEXTO LATINOAMERICANO

Es imposible pasar por desapercibido lo ocurrido ayer en Chile, primeo marca con claridad el primer rechazo contra las políticas tatcheristas de ultraliberación unidireccional de mercados a favor de unos pocos cuantos y en segunda instancia, la exposición geográfica del clasismo inveterado que también desde allá, se empezó a expresar en todos los ámbitos de su economía. Después el copia y pega en los demás países de latinoamérca y del caribe fue más que evidente. Con suma sorna recuerdo cuando el Mercurio, el diario vocero de Pinochet ejemplificaba un modelo de impredimiento sin parangones, los zapatos depotivos "perfumados" que exportaba una fábrica chilena. Luego los chinos barrieron con la misma sin compasión alguna. Miren hasta donde ha llegado el aumento de treinta pesos en el pasaje del metro.

El juego político, en lugar de buscar soluciones de vida en los mejores términos, según este viejo liberalismo se concentra en posiciones de control; y a la brava... Represión, minimización de la expresión democrática, bolillo y botadura de manifestantes por los puentes del Mapocho. Si Piñeira desea redentorizarse quizá para Él lo mejor sea que indague audiencias con el Papa Francisco. Miren hasta dónde ha llegado el aumento de treinta pesos en el pasaje del metro, hasta dónde los jóvenes se han hecho sentir y fíjense el escalonamiento de una protesta válida, consecuente y de muchas motivaciones que han activado las alarmas en aquellos que hoy día ostentan el mando austral.

La protesta fue espontánea y lo mejor es que la juventud no ha permitido que ninguna corriente ostentosa se aproveche de ella. Las encuestas como en Bolivia fallaron y ese es otro lineamiento que ameritará sin duda, otros comentarios desaliñados y desapasionados.

Humildemente aprecio el rezago de los opositores en Chile con referencia a este proceso. La elección de los miembros de la Convención Constituyente requerirá de la lupa de alto aumento de cada uno de los chilenos. Esta es otra entelequia y claro, otros espacios inciertos. Los llamados partidos de izquierda urgen de una reinvención y de una seria sincronización con los jóvenes. Ellos tienen su propia visión. Bajo esa égida, se necesitan nuevas opciones, variantes e instancias.

Los partidos de derecha ideológicamente no son flexibles; son astutos y se han acostumbrado a comprar miembros, ediles y demás con tal de ostentar el dominio, así sea por la fuerza o por la prensa.


Víctor Hugo Marenco Boekhoudt