sábado, 20 de noviembre de 2021

LA REALIDAD DE NICARAGUA

Muy bien estimado lector, abunda al unísono, una cantidad de información de este hermano país que no cuadra y que a la vez, causa demasiado asombro. Dicen de todo: dictadura, represión, encarcelamientos, oposición por allá, oposición por acá y otras que otras perlitas de blancos distintos. En estos tiempos de semi-verdades y de medias mentiras, pueden saltar a la palestra interpretaciones distintas, opiniones obtusas de candidatos oportunistas (estamos también nosotros en período electoral) y otras variedades de lanzamientos de pareceres, que pueden ser distintos y unísonos al tiempo. Entonces, lea y escuche por lo menos esto…

Nicaragua es un país soberano. Allá cundió un dictador que hizo matanzas, que arrasó con el campesinado, pobres y clases todas, donde los mismos EEUU, se vanagloriaron por decir que Anastasio Somoza era el hijo de puta de ellos. Cerca a Somoza, se instaló por más de tres decenas de años, una “Tiranorquía” que de frente atropelló a la población de ese país centroamericano, violó los derechos humanos de forma frontal y sin resquemores, además de conciliar con la OEA para hacerse los de la vista gorda, y nunca jamás ser criticado. Ahora que se efectuaron las elecciones, Nicaragua y los nicaragüenses están de plácemes. De verdad que poco les importan que puedan decir los de afuera, a sabiendas que interesa solamente lo que ocurre dentro de sus fronteras.

Paisaje nicaragüense cerca a la ciudad de Managua...

Realmente no sé de dónde la Unión Europea saca arrestos para decidir con este pequeño país, una serie de sanciones azuzadas por España, como si no bastara todo el daño que hizo ese país en tiempos de la fatídica conquista. Correcto: no ha bastado que se hayan llevado las riquezas, que hoy día opten por llevarse el tesoro del buque San José en inmediaciones de Cartagena de Indias, que todavía palpiten las masacres que ejecutaron y el aniquilamiento de los pueblos indígenas y pueblos africanos llegados como esclavos, para que ahora sean ellos, con los abanderados noticiosos de El País, El Mundo, ABC y otras publicaciones, quienes decidan a quién sancionar. Ya de sobra sabemos lo de los EEUU y sus trazas habituales en lo que ellos denominan como su “Patio Trasero”. Sin embargo lo de estos “Europeístas” de medio cuño, no causa sino escozor. Las sanciones no van a afectar a los Nicas. Eso lo sabemos por los hechos de que las han padecido en ocasiones anteriores y aún, como sabrán de tiempo atrás, están frescas las sensaciones de la violencia reciente, (en el 2018) donde muchas personas fueron asesinadas, quemadas y hasta descabezadas por las hordas de lo que hoy quieren llamar como oposición. De eso, los diarios de Barranquilla y de Colombia no dicen un pito.

El hecho claro de la participación de la Iglesia Católica en las tales manifestaciones en Nicaragua, importadas en sus mecanismos de Venezuela, no sólo se configuró en un rotundo fracaso sino que al tiempo descubrió el límite, de que eran capaces los círculos contradictorios, para asirse con el poder como fuera. Por eso el oportunismo opinacional es un marcador indeleble: es decir, si un candidato dice que hay que desconocer los resultados, sin saber a ciencia cierta lo que se vive por dentro, es una falacia. ¡No es una estratagema para captar votos!. ¿Por qué?, simplemente por su mal procedimiento. Si de esta manera es capaz de actuar en los rodeos prelectorales, ¿qué pasará si queda con el poder después de ser elegido?. La OEA está en crisis. Se retiró Nicaragua pero el siguiente es Bolivia sin lugar a ninguna clase de dudas. Almagro, muy magro, trepida…

¿Qué va a pasar cuando salgan las plazas llenas de gente respaldando al actual Presidente de Nicaragua?. A diferencia de Venezuela, los nicaragüenses si saben procurar por sus alimentos y optar por su autodeterminación vital. Costa Rica arde en medio de un tráfico de drogas y de violencia que revienta sus esquemas, con unos índices de asesinatos que se han incrementado de manera ostensible con la pandemia. No estoy llamando a la “titireteada” del gobierno colombiano actual, ya que demasiados problemas tenemos por su mediocridad y por la crisis con Venezuela. Le estoy diciendo a Usted ciudadano común, que lea las noticias con cuidado, que esas medidas restrictivas a Nicaragua dan es risa: allá no se desviven por ir a Miami, allá piensan en controlar la situación de su país y de sus regiones, aquí nosotros estamos siendo vapuleados por una prensa que nos está presentando cuadros de mentiras y falsas informaciones. Correcto, Nicaragua no es un paraíso pero tampoco es el cúlmen de la violencia, sin olvidar el arrasamiento que se vivió en tiempos de Somoza. Por eso esos diarios parangonizan al gobierno actual con la barbarie de las otroras eras dictatoriales y tiránicas. Ellos saben que es un lastre pero al tiempo están sabidos, que tienen mucho apoyo popular. El 46% de padrón electoral votó por el gobierno actual, mientras nuestro títere, lo hizo con el 21%. Penoso para creerle a los periódicos pro-uribistas y a los candidatos emergentes, que no se toman el motivo por optar por la sensatez y la verdad. Así no es…

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

domingo, 14 de noviembre de 2021

LA CUMBRE CLIMÁTICA Y COLOMBIA

LA CUMBRE CLIMÁTICA Y COLOMBIA

La llamada cumbre climática en Glasgow, la COP26 (Conference Of Parts) auspiciada por las Naciones Unidas, fracasó estrepitosamente (ya son 26 reuniones y nada de nada). Se convirtió en un mero formalismo institucional y en una recepción de quejas y pseudo-soluciones sin remediaciones sensatas a la vista. Sus alcances fueron sustancialmente modestos, desde hace tiempos sabidos y sin trascendencias. No escucharon a la juventud, no les dieron vocería a los de a pie. Hablaron los que llegaron en avión y se apiñó una melcocha de politiqueros, industriales ponzoñosos, banqueros barrigones y mercenarios de todo tipo, vestidos eso sí, con trajes de frac o con atuendos de cada país para parecer creíbles. Era lógico que los países que se creen desarrollados (para pena de todos), hayan sacado la mejor parte del pastel y traten de mostrarse ahora como garantes y aseguradores. Sabemos de sobra que son los que más han hecho daño al medio ambiente, pero desde tiempo atrás y con tal de sostener márgenes de acaparamiento financiero, que les lleven tranquilidad a sus reservas paradisíacas y panameñas, que la Tierra les quite el sueño, les importa muy poco. Lo increíble, como en todos los casos, es que la gran prensa, nuestro enemigo primigenio y locuaz, no quiera reconocerlo y para eso cobren... Menos mal están las redes… George Orwell se rasca las chácaras y sonríe a placer.
La Sierra Nevada de Santa Marta al fondo...

Este COP26 es el acuerdo donde de forma ataviada y sin miramientos, explica que nos vamos a seguir calentando y como no existe ni un solo compromiso, todo quedará en papeles blanquecinos untados con tinta de heces. Paris 2015 hizo mayores logros… 203 países que a final de cuentas acordaron reunirse el próximo año, con tal de exponer sus compromisos y de pedirle a los más ricos, una doble postura en sus inversiones para luchar contra el incremento climático. Nada más… en eso se resume todo y lo demás son puras y roídas promesas. ¿Quizá por eso no fueron ni los chinos ni los rusos?. El Blah Blah Blah es evidente en sus pronunciamientos. Una idiotez de más es tratar de que no remonte la temperatura media más allá de los 1.5 C⁰ cuando estamos en 1.12 C⁰ (y subiendo, para que se pellizquen…). Dentro de un año cuando lleguen y aterricen las promesas, ya estaremos en 1.5 o 1.6 C⁰ y pontificarán que tranquilos, el límite anterior sigue siendo una mera raya pero llegar a los 2 C⁰ no sería el desastre, así los polinesios no necesiten regar sus jardines inundados con agua salada. Colombia, además de ir a pedir plata y creyéndose el supremo garante de la Amazonía, prometió reducir en un 51% las emisiones de gases (GEI), recortar en un 40% el carbono negro (otra vez ese color… ¿alguien conoce el blanco?) y llegar a cero deforestaciones en el 2030. Pingues verdulerías… ¿No les parece risible que entre pandemia y crisis climática, los acaparadores monetarios sigan creyendo que nada de eso va a afectar sus negocios?.

¿Cuándo va a salir en cine esa película donde todos los magnates de este mundo, se arriban a una isla lejana, con fardos de millones de dólares, con bitcoins inscritos en sus celulares, diciendo quién tiene más y quién es más poderoso?. Se les acaban las reservas alimenticias, las guerras desfiguraron la faz de la tierra, no tienen a dónde ir. Muere el primer rechoncho, luego el segundo… empiezan a canibalizar a los primeros y se dan cuenta de su pésimo sabor. Poco a poco se van destruyendo y el dinero es arrastrado por los alisios y los bitcoins se quedan esparramados en los chips de unos teléfonos inservibles. Las plantas portátiles no procesan el agua de mar y van muriendo de sed uno a uno… ¿Dónde está esa malparida película no joda?. Fuimos a pedir plata y resulta que acá la miseria en Colombia mata más rápido, junto con la violencia, que las calenturas atmosféricas. Pronto se va perdiendo el nivel de mediocridad. A Sarmiento Angulo hace rato Bill Gates ordenó tirarlo por la borda de su yate, ya que no servía ni para poner un vaso con agua. La isla queda sola y los peces de nuevo aprenden a caminar para que jamás de los jamases vuelvan esos humanoides, que se creían perennes e imprescindibles. Todos son devorados hasta su último gen y empieza un nuevo comienzo. En Colombia somos excelentes para hacer el papel de mediocres y a lo sumo, quienes buscaban el filtro para ser mejores y más consientes con nuestras vidas, no pasan de ser unos prosaicos comunes, repletos de medianías. Allá a Glasgow pernoctó el títere para tomarse las foticos chéveres pidiendo subsidios. El suplicio de nosotros implica la falta de compromisos como pueblo y como nación. Nacerán otros seres felices con el agua salada y abundante alimento, y con mentes claras… ellos después pontificarán que los colombianos fuimos la tapa de la mediocridad en pasta, hasta para morirnos y sin dejar nada a cambio… en lo absoluto… La mediocridad ralentiza los daños, la maldad no.

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

miércoles, 3 de noviembre de 2021

LA FORMALIDAD DEL ESPIONAJE

Rueda una fotografía que al verla, tomó por asalto todas mis vicisitudes. El jefe del FBI, ex-embajador en Rusia, William Burns, está sentado a la mesa en compañía de sus colaboradores, con el Secretario del Concejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Patrushev, también con los suyos. Ni más ni menos... ¿En dónde radica el interés de ese magno suceso?. En algo primordial: los servicios secretos se esconden los unos de los otros y suelen hacerse entre ellos, toda clase inimaginables de maldades. Pero que concuerden una amistosidad de este tipo, entre supuestamente los mayores centros de espionaje del mundo, es algo sustancialmente raro y sospechoso, para nosotros, los ciudadanos comunes y plurales. ¿Por qué lo hicieron y a qué se deben esas clases de desboques?. Suelen ser las inequívocas preguntas. No olvidemos que las contradicciones son el motor de todo. De ahí que los invite a analizar la instantánea que consagró y bendijo la convocatoria en Moscú. Observen por favor detalladamente:

Foto del evento. A la izquierda, Burns y sus muchachos, antes de ayer... 

Una reunión de este tipo fuera de ser interesante, merece toda la atención del caso. Hubiesen filtrado hasta las grabaciones de la misma, si de esa forma optaron por el aperturismo en las nuevas relaciones de espías. Es falso cuando afirman que después de la prostitución, la segunda profesión que se inventó el género humano fue el espionaje. Ya existía la caza, la agricultura y las guerras. A cuentas llenas, es mejor colaborar, asistirse, ilustrarse. Andar de cojí pipidos, porque el enemigo son los incultos y/o los fanáticos religiosos que terminan en terroristas (según ellos...). 

Noten por ejemplo la mesa: no hay vasos... menos con esos "rusos" que salgan con un Selenio o con una pizca de radiactividad instantánea. Los locales le dan la espalda a la entrada de luz, por ese ventanal topado con cortinas difusas: tienen ventaja... Cinco contra cinco y prohibido dejar el apretujo de una huella dactilar de por medio. El que espabila pierde... Dos entradas a ambos lados... los gringos aparecieron por la que está a sus derechas. Exacto: una cordialidad supersticiosa y enmarañada de suspicacias a pesar de la voluntad buena. Nadie graba, nadie filma (eso parece), nadie mira de reojo. No hay espejos. No hay bizcos y tampoco, las habas salen del horno a enmendar el ambiente. Lo que no entiendo es la profusidad de frascos de alcohol, quizá creyendo los gringos que en la madre Rusia siguen abundando los borrachos. Sólo las mujeres revisten trémulos tapabocas; una de ellas es la traductora y es rusa. Ante la contricción del entorno, nadie atisba que la mesa era demasiado larga para tan poca gente. Entre espías sólo existen las ansias de control y de joderse. 

Se nota que el encuentro fue corto. ¿Qué fueron a pedir los gringos y en medio de qué enmarañamiento se encuentran, si  Biden no se habla con Putin desde hace rato?. Lo que han aprendido las potencias cuando su caída es inexorable, es arrimarse a un árbol para que el sol no los espante. ¿Una reunión de este tipo acordada con toda esta gama de nomenclaturas y formalidades?. No digo que mal parezca pero sube los grados de fiebre. Los pedazos de tortas están para pasarlos a punta de saliva, muy a pesar que antes de la reunión, los coordinadores hayan conciliado el arribo de cada botella. No hubo café, ni té, ni aromáticas. El ascetismo fuera de ser acérrimo, pareció saludable y conclusivo. Se miraban, se creían, sonreían y luego, por más que lo ocultara cada una de las partes, volvían a sembrar sus dudas y resquemores intachables. Obvio, el éxito de ese negocio está en despotricar del uno, del otro y entre ellos mismos. Me parece que se citaron en uno de esos hoteles viejos de Moscú, quizá el Metropol cerca a la plaza del Bolshoi. Sus pisos son de un roble noble del Cáucaso, que lavan con una combinación de agua e hipoclorito. El olor a limpio no alcanza a restregar las dudas del alma. 

El espionaje no sirve porque los chismes siempre llegan tarde. Quizá lo loable fue la saga por los secretos nucleares que ayudaron a acortar la puesta en marcha de la bomba soviética. Como toda persona que maneja información de primera mano, son muy críticos, especialmente los rusos que a pesar de la mala prensa, actuaban en defensa de sus entornos. Los gringos han optado por captar una pléyade de fanáticos religiosos, insensibles, poco asertivos y cumplidores de deberes. Sus productos, al fin y al cabo terminan siendo analizados por discapacitados mentales, con las consabidas consecuencias. Poco sentido patriótico, profusión de catástrofes y concentración de acciones en torno a las égidas del beneficio y del dominio. En el espionaje, cuando Usted no tiene la iniciativa se vuelve un colador. Los rusos hace rato andan en la intromisión de personas en todas las esferas de la economía de los países del bloque occidental, en especial los EEUU. No tardan en descubrirles un anillo cuando ya hay 3 o 4 que se han vuelto expansivos y acaparadores. El espionaje es una sinrazón: es la negación del colaboracionismo, es el exclusivismo y a pesar de su sindéresis, genera más gasto, más desgaste que iniciativas decentes. El problema de hoy, basándonos con el nivel de transmisión de datos sin control, explica que la ventaja la tiene aquel que haya penetrado al otro en términos presenciales. Sin embargo, tener la ventaja de la información primaria no te hace poderoso. Ahí están los Chinos que se pusieron a trabajar denodadamente, que reinventaron tratados viejos, que colaboran sin etiquetas y menos creyéndose los "chachos". Ahí están los rusos sacándole punta al lápiz. Ahí está el mundo jodido, con orquestaciones de poder de ínfulas deshilachadas y una comunidad aspavienta que no sabe a dónde ir. Así estamos... y lo peor es que a esta "profesión" le epitiman poesía y grandiosismos, medallas y banalidades, remedos y porquerías. 

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt