Como el ministro de salud de Colombia, sigue llamando la
inmunidad colectiva como de rebaño, mejor no sigamos haciéndole caso y
remitámonos más bien a lo venidero. Con base en las interacciones del sistema
inmunológico, la sociedad y el virus, se dan pautas para la proyección y
desarrollo de las diferentes clases de vacunas. Las mismas están destinadas a
bloquear, desconectar o aniquilar el coronavirus ya se encuentre el mismo, en
etapas invasivas o dentro de las células receptoras. Los anticuerpos son
organismos celulares extensivos que están en capacidad de conectar y
desconectar los virus y sus cepas, quitándole de esta forma, su capacidad de
infección. Ellos no hacen reconocimientos sino que son como una especie de
llaves maestras, que desarman o arman ya sea a los virus o las células
inafectadas, determinando sus capacidades defensivas u ofensivas. Repasemos
someramente las alternativas existentes:
VACUNAS VECTORIALES: Son virus (o adenovirus) en el cual se
inserta un pedazo sustancial del coronavirus a atacar, de forma tal que se conforme
una imitación del objetivo y active las defensas del sistema inmunológico. Aquí
se integran la Astrazeneca y la Sputnik V. VACUNAS RIBONUCLEÍCAS: Son moléculas
o proteínas del virus objetivo (es decir, el Covid-Sars-2) que entran en las
células y generan la excitación del sistema inmunológico tanto interno como
externo. Aquí están la Pfizer, Moderna y la Johnson & Johnson. VACUNAS
DIRECTAS: Son aquellas que actúan directamente sobre el virus, lo desintegran o
inhiben con base en catalizadores químicos. Aquí se integran las chinas
(Sinovac, Sinofarm) y la Covivac. VACUNAS DISFRAZADAS: Son las que componen una
ambientación irritante que impide la difusión del virus, al crear un medio
inviable y agresivo sólo para él mismo. (la rusa EpiVacCorona).
Es un hecho y está medido, que los títulos de las defensas
del sistema inmune de todos los seres humanos, van en caída a medida que la
infección abarca más nuestros ámbitos. Las vacunas han demostrado ser más
efectivas cuando engañan al virus que cuando lo ataca directamente. Sé que
preguntarán con un porqué, sin embargo, la biología humana se pliega ante estos
exabruptos aduciendo premuras y soluciones fáciles o sabrosas. Aunque mi
reticencia hacia la prensa nacional no tenga nada que ver con las vacunas, más
de un puyazo nos ha de dar si las comparamos. A lo menos las vacunas engañan
para bien. Goebbels hace rato le indicó la ruta al Tiempo o al Heraldo en esa
línea. La problemática reside en que las vectoriales y las ribonucleicas no
pueden ser reaplicadas en cortos períodos de tiempo. La razón estriba en que al
estar todos “cifrados” por esa opción, no tienen campo de acción y en cierta
medida podemos decir, que se “desinteresan” por seguir actuando. Ante este
hecho probado, la revacunación con preparados diferentes se hará tan vital como
cualquier hecho cumplido en el largo plazo. Esa es la razón del porque la
oferta de vacunas variadas, es tan vital como la alta efectividad de algunas u
otras. Por eso los rusos manejan tres variantes hasta el momento, ante el
advenimiento probable, de cambios y recambios. Los chinos, europeos y gringos
manejan dos. ¿Y nosotros?: nada… sólo escuchamos dictados, sugerencias y
mandatos como pueriles consumidores de pinchazos.
Clínica General Del Norte en Barranquilla. La gente a la espera...
Los precios de las vacunas se han convertido en una
categoría excluyente y displicente, para los países que no tienen cómo erogar un
gasto. A sabiendas de que conocemos las cuitas del acaparamiento (revacunación
variada y corta efectividad de la cobertura), no hay otras alternativas a la
espera. Tocará armarse de paciencia, defendernos con el aislamiento y presionar
para que tengamos más componentes. La logística de la producción ha sido más
complicada de lo esperado. Esa lucha ridícula de poner obstáculos a la
aprobación de uno u otro producto, no dista en lo absoluto a la discriminación en
todas sus índoles y sufrimientos. Miren a Europa occidental para que se mueran
de la risa. Urgiremos de muchos más centros de producción: ¿dónde están?. ¿Quién
y cómo se coordinará la alternancia de las futuras revacunaciones?. El largo
plazo está aquí, a la vuelta de la esquina. Con justa razón y en vista de la
mortandad y de un futuro que se puede complicar, somos muchos los que pedimos
el levantamiento de las patentes en las vacunas, como expresión del derecho
humano a la salud. La revacunación a futuro, marcará el trazado y las
directrices para hacerle frente a esta pandemia, en caso de surgir escenarios mucho
más complejos.
Sin embargo, lo peor es la reticencia a vacunarse, por parte
de una gran porción de la población en varios países. La vacunación por sí sola
no alcanzará para librarnos de esta problemática. La profilaxis y las medidas
accesorias en su conjunto, ayudarán también a solventar las tribulaciones, como
se palpó en situaciones anteriores (léase la viruela, por ejemplo). Dada a una reticencia
explícita en Francia, Países Bajos, Rusia y en otros lares, quedará incluida la
formal obligación de vacunarse, si viaja al extranjero y nada más… todo está
muy crudo aún y los pasaportes vacunales, no tendrán asidero. Más allá del
horizonte, la línea se nota borrosa, lúgubre y turbia. Con estos gobernantes
locales que nos invitan a cierres los fines de semana, como si el virus saliera
de descanso, tenemos pocas alternativas. Elsita se transmutará en la Obispa Primerísima
del departamento, el alcalde con su cara de monaguillo nos tocará la campana para
irnos a dormir y el de San Carlos, llamará a su patrocinador para que le
indique el qué hacer, ahora que estamos sin vacunas. Los periodistuchos empolvados
harán una rayuela y saltarán de foto en foto, para así decidir si suben al uno
o al otro, en las encuestas que ellos cuecen. Pobre Barranquilla, pobre
Colombia… sabemos lo que tenemos y nos importa un rábano. Vaya desesperanza…
Víctor Hugo Marenco Boekhoudt