sábado, 16 de octubre de 2021

LAS CALLES LUNARES DE BARRANQUILLA

Por Víctor Hugo Marenco Boekhoudt.

  Esto ocurrió el jueves pasado frente a lo que fue la sede del Club Alemán (hoy Comfamiliar), carrera 42F, entre calles 79 y 79B. Un señor sin percatarse, por la abundante lluvia del medio día, no alcanzó a ver el tremendo cráter (como en el satélite que nos acompaña) y ¡tenga!. Partió el tren delantero del vehículo. Si el no estuviese parqueado, también hubiese caído en la trampa de la alcaldía. Acá están las fotos amistades, que jamás nos mienten:


Los huecos en esta ciudad son más que un karma. En temporada de lluvias, el agua los esconde y claro, el simple ciudadano en plena pandemia y sin dinero, cancelará de su bolsillo no tanto el arreglo sino el impuesto de rodamiento. Durísimo, ¿no es cierto?.

Ese es un daño de unos 2 millones de pesos (700 dólares) y a lo menos, diariamente se dañan unos 15 vehículos por esos motivos. Es un mal servicio y nos cuesta tanto, que esta es la ciudad que más amortiguadores cambia en Colombia a causa de la huecamenta, sin hablar de las reparaciones a los semiejes y sistemas de dirección. Nos asaltan y seguimos diciendo que somos la casa de la selección. Son apenas algunos ejemplos de las duras vivencias. No podemos quedarnos de brazos cruzados ahora que nos subieron los servicios, nos embargan las cuentas y las vías nos parten los vehículos y nuestras almas, sin apendejamientos pandémicos.

viernes, 1 de octubre de 2021

EL CARBÓN, EL COVID, EUROPA Y CHINA

Hoy 1 de octubre del 2021 el precio del metro cúbico del gas natural en Europa está a más de 1 dólar con 20 centavos. China, después de la pandemia y a raíz de la reactivación económica que presenta, no sabe cómo reaccionar ante la crisis energética. La razón es sencilla y estriba en descoordinaciones con relación a los destiempos que ha originado la insalubridad, la mala previsión de insumos energéticos y el hecho insoslayable que las líneas férreas de Rusia, no estaban preparadas para hacerle frente. Ahora todo el mundo pide carbón mineral a gritos y no hay reservas en patios de puertos para saciar tal demanda. Las minas de Colombia y en gran parte las del departamento del Cesar, se encuentran inundadas, con la consabida espera de tiempo para hacerlas disponibles para salir a ofertar. Los cortoplacistas mineros colombianos se frotan las manos y creen que les ha llegado la hora de la revancha pero no es así… a la hora de romper la inercia y verse en la obligación de invertir en el reacondicionamiento de las minas, entran en contradicciones y tristezas. El precio puede ser una quimera y a largo plazo, una quebradera de voluntades y emprendimientos reciclados. Los de aquí piensan que hacer minería es como hacer carreteras o algo por el estilo.



La crisis desaforada y prevista de tiempo atrás a raíz de la pandemia, ha hecho que esta demanda desescalada que abate al occidente y al oriente de Europa y gran parte de China, le vierta nuevamente los ojos al sucio y contaminante carbón mineral. Mientras el carbón vegetal revienta los mangles de la isla de Salamanca, los europeos gritan a más no poder que les traigan lo que sea para quitarse el frío de otoño, que aprieta sin piedad. Pero claro, los verdes europeos los consideran como una situación netamente temporal y transitoria. La “religión” energética verde que Gustavo Petro explaya sin ningún atisbo de transicionalidad, originó el gasto incongruente de las reservas de gas acopiadas en Europa occidental por la pandemia. No previeron jamás la insuficiencia con las energías verdes, que no son lo suficientemente confiables para encarar el salto cualitativo del requerimiento poscovid y ¡tenga carajo!, ahí le van dolores. Ese orgullo irrestricto de seguir mostrando los logros de las opciones amigables y contaminantes, ha dado paso para salir en búsquedas de lo que sea. El frío mata más que el calor… Los chinos no comen del cuento. A ellos no les importa lo que pase, ni les interesa que los rotulen como contaminantes o puercos. Ellos, dentro de su pragmatismo vinculante y neoemprendedor, se radican en la tendencia que brinda garantías a largo plazo. ¿Ahora si se dan cuenta del porqué Polonia no cierra sus minas de carbón?. Los verdes alemanes perdieron las elecciones. La gente en Europa quiere tranquilidad y felicidad.


Mientras los chinos han incrementado el uso de energía eléctrica en este primer semestre del 2021 en un 15% con base en carbón mineral, eso no los salvó de la crisis que padecen. El emprendimiento chino se concentra en las industrias del vidrio, la cerámica, los abonos y por supuesto el consumo de los hogares campesinos. En Colombia, ninguna de las propuestas políticas posee una base real de cómo vamos a solventar la problemática de la energía. Petro comete el craso error de dejar esa cuestión irresoluta y desperdigada dentro de su programa político. Él ajusta su discurso de acuerdo a las paráfrasis europeas y en ningún momento menciona la transicionalidad que ha de hacerse, para lograr no tanto la generación con base en opciones renovables, sino que las mismas garanticen la absoluta independencia y garantía energética. Hay que mirarse en el espejo de la vieja Europa, como diría Rumsfeld. Nosotros sabemos que el impacto de los gases por el uso de combustibles fósiles son determinantes en la crisis climática, pero antes de apretarnos el cinturón, hay que exigir que los otros se lo ajusten. El efecto transicional a nuevas ofertas de energía es un proceso lógico e inaplazable. Lo extraño es que dentro de los discursos políticos eso no se contemple. ¿Cómo lo implementaremos?. ¿De qué manera se articularán las diferentes opciones para hacerla más viables?. Lo mismo que con las drogas, nos culpan de todo y EEUU y Europa, consumen el 90% del carbón que exportamos. ¿Vamos a dejar de exportarlo a esos mercados señor Gustavo Petro?. Eso de retrotraer consignas sin los ajustes locales no posee ninguna valía. La impronta nuestra es enana. No seamos ilusos, cada nuevo nacimiento en el mundo, trae predestinado su huella energética y su impacto en el globo. Está claro que el futuro contrato mundial será con el decrecimiento.


Víctor Hugo Marenco Boekhoudt