miércoles, 29 de septiembre de 2021

BARRANQUILLA EN UNA MINIPLACA TECTÓNICA

Muchas veces se nos ha dicho que la ciudad de Barranquilla posee unos suelos calizos, otros arenosos y un entorno geológico apaciguado. Resulta que no es así… por el contrario, tal como lo resumiremos en este escrito, nuestra ciudad y su departamento, se mecen en una rítmica geocinética que nos desplaza hacia el noroccidente, a una velocidad de dos milímetros por año. La ciencia como tal, está en la obligación de divulgar y hacer llegaderos, los conocimientos que están enmarcados dentro de un territorio, de tal forma que sean sus bióticos y sus habitantes, los directos beneficiarios en su implementación. 

Llegamos a la conclusión, de acuerdo a nuestros trabajos, que el terreno donde emplaza nuestro departamento y su capital, se remite a una miniplaca tectónica. Su contraparte es la Sierra Nevada de Santa Marta, la cual como ente morfogeodinámico crucial, define una microplaca que apunta su dirección al suroccidente; es decir, hacia la serranía del Perijá. Al lector curioso le puede parecer poco extraño toda esta argumentación y claro, hasta algo desreferenciada… sin embargo es válida y aplicable. Comparando formas del terreno en sus adyacencias, por el análisis de un tipo de roca particular cerca al municipio de Luruaco, por la manera como el estrato calcáreo se inmersa por debajo del río Grande de la Magdalena (el Karakalí, Yuma, Guancayo o Karipuña, de acuerdo a nuestros hermanos mayores), por el leve enjambre sísmico en las inmediaciones de Sitionuevo, Salamina o el Piñón, proponemos un modelo de movimiento y contramovimiento de miniplacas tectónicas, que llega a satisfacer y a apreciar, las formas de terrenos en las inmediaciones de la ciudad, sus tipos de rocas características y la ambientación de todos sus entornos (léase su área metropolitana y el Atlántico).

Bien, sin regodeos… no sin antes aclarar, que cuando divulgamos nuevos conocimientos, la terminología nos juega una mala pasada: ¿Para qué sirve esa novedad?. ¿Qué logramos en ese respecto?. ¿Dónde y cómo se expresa la «sustancia»?. A la validez de la sensatez, respuestas claras y concisas. Sí Señor, sirve mucho… nos ayudará a responder, por ejemplo, no sólo el porqué las lomas adyacentes a Santa Verónica se empinan en una dirección particular, como también nos describirá, el porqué Barranquilla se emplaza en una loma sutil y alargada (acuérdense de los arroyos), le enunciará, cómo es posible que existan rocas y piedras chinas detrás de Rotinet, que debieron «nacer» en la Sierra Nevada de Santa Marta. El modelo propone una falla geológica denominada por nosotros como «Juancho Polo», que separará los dos terrenos geológicos y al son de sus antagonismos. Finalmente, explayará la posibilidad de la existencia de otras placas más que podrán ser definidas y descubiertas, más adelante 

La geología es eso: una especie de baile sin fin… una placa que arremete contra otra, en el curso de millones de años y la revienta, la parte inmisericordemente en pedacitos y a su vez, esas mismas particiones giran o son arrastradas por el paso marcial de otra microplaca más. En nuestro caso la Sierra Nevada manda, ordena la marcha y define quién va adelante y quién atrás. Toda esa «danza» geotectónica posee sus razones y denota sus comienzos y sus fines. ¿De qué sirve?. Muy sencillo, para ser nosotros mismos, para mirarnos en el espejo y para refrendar nuestras esencias vitales. ¿De qué sirve?, pues sirve para saber en qué tipo de entropía vivimos.

El orden geológico da indicaciones a los ríos (ellos discurren a menudo por las fallas), conforma las lomas y montañas, diametriza las depresiones (¡No, las suyas no!… hablo de la «Momposina» por citar sólo un ejemplo), nos da ilustración del pasado reciente, o de cómo era el lejano, cuánto llovía o qué clase de flora o fauna se poseía, cuando el río Grande estaba confinado y era un lago infinito, repleto de cocodrilos, que olía a hierbas y a agua fresca. Todos los estudios citan la geología como indispensable, pero esa pléyade de consultores coloridos que la abjuran, también la desparraman y la plagian como motilando locos. Se olvidan, que el río cuando crece transporta más sedimento y que le cuesta minutos rellenar, lo que estas dragazuelas «caribes» de la actualidad, roen a costa de facturaciones infinitas. Ese mismo flujo, tiende a derechizarse cuando busca el océano. Si el mar crece, entonces él irá en búsqueda de sus viejos pasos (rememórense la Ciénaga Grande y sus caños flanqueados). 

Buscaremos otras estancias y el tajamar occidental tendrá mayor valía. No son «ríos sequitos» los que hacen que las barras marinas se adosen a los rellenos. Son filtraciones que se acumulan y el oleaje las arrastra. Tampoco esa albúfera séptica, enfermante y pestilente, será el lago de los panamericanos. Mallorquín despotrica en su tumba. ¿Cómo se las ingeniaron para desaccesar el tajamar occidental?. La geología dicta: esas relimpias con el advenimiento de niveles oceánicos superiores, serán un hazmereír. Mientras el superpuerto adquiere más vigencia y nos distanciamos de Santa Marta, los silos se caen, los pobres fallecen y el cortoplacismo de las cuentas bancarias pronosticará, que ni los océanos subirán de nivel, ni que los puertos actuales, perderán su candor ruinsequístico, llenos de yeso y clínker turco.

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

domingo, 26 de septiembre de 2021

POSADA CARBÓ CONTRA MARVEL MORENO


La única oportunidad de salvarnos, para que la ciudad de Barranquilla recobre sus entornos culturales verdaderos y sus aperturismos llenos del más variado avance en ciencias, diplomacia, literatura, artes, expresiones plásticas, por sólo mencionar algunas de las esenciales, estará a cargo de las mujeres. Ellas (nuestras mujeres, todas barranquilleras como Micaela Lavalle, Amira De La Rosa, Silvia Boekhoudt, Esthercira Forero, Meira Del Mar, Shakira, por mencionar unas cuantas…) y solamente ellas, son las que en definitiva han hecho y harán, los cambios sustanciales en esta ciudad. Las féminas de por aquí, han padecido por siglos, el desplazamiento y la subyugación en sus derroteros aportadores y conclusivos a causa de muchos factores. No resalto tanto el machismo prole, ya que no es tan crucial y valente como son los demás. Reseño enfático el desprecio acérrimo, rayando en una envidia pulsante e inveterada, por las obras literarias de alta valía y dimensión, como son aquellas creadas con tanta convicción y proseguimiento, por la insigne y portentosa escritora, Marvel Luz Moreno Abello. Sí señores, casi nada... una avanzadora y visionaria a nuestros tiempos (por eso los escritores perduran y tanto por lo mismo, los encubridores y prosaicos comensalistas que gastan tarros de tintas en críticas subrepticias, son presas del olvido palpebral). Ella, barranquillera de cepas brillantes y apoderada de esa agudeza mordaz y frontal, que describe sin atenuantes la pudrición y el desacato cerebral de las hordas de sementales monofásicos, que piensan hacer patria a punta de saciaciones peneales (no tienen otra forma de elucubrar), los descubrió y los describió con todas sus señales y todas sus pelambres. Su obra es inmensa e interconectada señor Eduardo Posada Carbó. Es más que trascendente y en especial, considerando como referencias obligadas, todo aquello que se ha escrito por otros mentecatos advenedizos. Nos parece más adelantada y radiográfica, dentro de todos los lugares y entornos epistemológicos competentes a nuestra ciudad. Todavía esos escritos entregan gritos de protestas a raudales, contra la marginación y el maltrato a la mujer en Barranquilla y Colombia.


La insigne escritora barranquillera Marvel Moreno Abello, asiste al matrimonio de su ex-esposo Plinio Mendoza en París. 

El señor Posada Carbó, en una publicación de la revista “Huellas” de la Universidad del Norte, explaya una serie de conjeturas relacionadas con la insigne escritora y con su obra titulada “En Diciembre Llegaban Las Brisas”. Es de notar, que con tal de pasar de soslayo por las atribuladas abreviaturas en el ámbito de una referenciación histórica, marginal y pésimamente lograda, descolla en calificaciones pueriles y ridículamente engendradas contra Marvel. No me imagino esas recomendaciones o quizá las sugerencias escritas por Plinio Apuleyo (ex-esposo de Marvel), para bajarle el tono machacante y cabrío contra la escritora y su obra. Es lógico que es Barranquilla la que rememora señor Posada, no hay duda alguna que ella emplaza sus vivencias alrededor de las inmediaciones en las cuales no fue feliz y nunca querer entendernos. Mientras Usted se empecina en desatender los logros místicos y morales que la obra como tal presenta, como protesta por la malsana situación y el desplazamiento despectivo hacia las féminas, la misma cobra prestigio en cada párrafo, nos sitúa por toda la romería de desprecios y de pseudoescatologismos viscelares, reflejados a todo lo largo de sus derroteros literarios. No es una simple novela, como tampoco es una expresión del desprecio por tan evidentes abusos, no son escritos rencorosos como Usted lo argumenta, quizá por ser el adusto representante de la masa de prohombres que durante tanto tiempo, se han empecinado en transgredirlas, gritarlas y mandarlas al carajo. ¿Cómo van a hacer ahora con su otra novela “El Tiempo De Las Amazonas”?. Ahí sí me parece que su coadyudante escritorial, Plinio Apuleyo Mendoza está en calzas prietas. Es posible que incluso nieguen todo en lo absoluto y demonizen a nuestra Marvel, con toda esa caterva de epítetos lumínicos y tendenciosos, como última treta para dejarla en el rincón. Creo que no van a poder… Ella siempre va a hablar de último con toda la entereza y la valencia que la razón y estos tiempos que ella previó, le entregan sin discusión alguna. Ahí es donde se conoce a la buena escritora; no cuando el crítico malsano, envidioso y enfermo, adobado por sugerencias heráldicas citadinas, la trata como algo de más y de menos. Por ese simple percance, su valor se engrandece y no en dinero. Por eso la prensa escrita barranquillera la odia a más no poder y por eso la oculta...


Hace rato sobre este tema quería referirme y por muchas razones… Mucho tiempo atrás, todos nuestros hermanos nos montábamos en la camioneta de papá, para llevar a mamá a que terminara su licenciatura en literatura en la universidad, luego de hacer valer ante tantas vicisitudes, su bachillerato de Willemstad. Sí correcto, hace rato que mamá se volvió fanática de Virginia Wolf, de Marvel Moreno, de Meira del Mar y de Barranquilla. Sólo fue esa inmensa bondad de mi papá, un campesino muy inteligente y bueno para los negocios de Campo De La Cruz (Atlántico), lo que le permitió a ella fraguar sus sueños con tenacidad y alegría. Ella fue amiga de Esthercita Forero y muchas de sus charlas estribaban en las idas de nuestra compositora al extranjero. Ella fue la que le dijo a mi esposa que se fuera a Argentina, a especializarse en ginecobstetricia. Sin embargo, todo llega a saberse sin esforzar los tiempos, ni los espacios, a pesar de que son las mismas cosas. Ahora, cuando un año atrás salió a la luz el libro “El Tiempo De Las Amazonas”, el tal Plinio Apuleyo en compañía de Elsa Noguera, ya muy desgastado e impresuroso en su garbo, brincó y quedó asaltado ante la exposición de su verdad, como otro oprobioso y normal protomacho paramuno. De nuevo versa la explayación del mismo retrato, ahora con el atenuante de aquellos falsos intelectuales que terminan apoyando el garrote opresivo antifeminista. Una vez más asistimos polutos ante los mismos verbos y las viejas gracias. Lo repito nuevamente: es hora de que las mujeres estén a cargo. Ya en Islandia se acaban de tomar el congreso, levantaron a físicas patadas a los gobiernistas que expoliaron los bancos y malversaron los erarios públicos y privados. Nosotros no vamos a poder y ahí está el síntoma: los microfoníferos de pacotilla, le siguen echando las culpas a las Ibañez, Manuelita Sáenz no hizo nada ni salvó a nadie y en la literatura, ellas como Marvel, nunca han realizado un desempeño trascendente, según la crítica pueril y singular que otras mujeres antifeministas apoyan, sin remilgo alguno. 


Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

miércoles, 1 de septiembre de 2021

DESASTRES NATURALES, ECONOMÍA Y ANTROPISMO

DESASTRES NATURALES, ECONOMÍA Y ANTROPISMO

Colombia nuestro país, en estos casos, no pasa desapercibido. La cuenca del Caribe tampoco es la exepción. Barranquilla, que se precia de poseer cierto nivel de aseguramiento en esta tónica, no puede descreerse en que nada malo le ocurrirá. Miren, en los últimos tres años, el indicio notorio de los incendios forestales en la isla de Salamanca, al otro lado del río. El aumento de la temperatura media en el globo terráqueo es un hecho demostrado científicamente y nos impactará. Hoy 1 de septiembre del 2021, las Naciones Unidas ha publicado un informe en el que constata, que el número de desastres naturales en el mundo, se ha multiplicado por cinco en los últimos 50 años (según la Organización Metereológica Mundial (OMM), adscrita a la ONU). ¿Qué vamos a hacer y cómo aumentaremos nuestras capacidades de resilencia?. ¿Cuál es la estrategia para responder ante esos eventos que se presentarán?.


En el período de 1970 a 2019, ocurrieron más de 11 mil eventos, catalogados como catastróficos, con un alto número de pérdidas de vidas humanas en el mundo. Si el número de desastres naturales se ha quintuplicado en los últimos 50 años, significa a debidas cuentas, que existe una tendencia incremental, en que el diagnóstico arriba citado, se convierta en realidad. Aunque todo el enfoque se centra, en el tema del control y reducción de los márgenes de temperaturas globales, eso no es todo. Enfriar el planeta sin considerar la regulación de los sistemas bióticos y abióticos, las condiciones sociales y el entorno anímico, es un despropósito total. 

Los desastres han surgido debido al mal llamado "cambio climático", cuando a fin de cuentas es una "variación antrópica" que ocurre por muchas causas casi que imposibles de resumir, principalmente debido al aumento de uso de combustibles fósiles y las generación de gases termoincrementales, tantos pasivos (liberados después de estar acumulados inertes en las capas terrestres), como activos (producidos por el antropogenismo industrial).  Entre 1970 y 2019, los desastres naturales en todo el mundo, afectaron a más de 2 millones de personas, y el 91% de las muertes, ocurrieron en países en vías de desarrollo. Los daños causados ​​por los desastres ascendieron a 3,6 billones de dólares, según el informe citado. El mismo constata que sólo las sequías, tal como se están viviendo en Colombia y otros países con alta cobertura de bosques,  han provocado la muerte de 650 mil personas, las tormentas, 577 mil, las víctimas de las inundaciones fueron 59 mil personas y, como resultado de la ola de calor, murieron cerca de 56 mil habitantes.  Los desastres naturales también causaron grandes pérdidas económicas: en la década de 1970, ascendieron a $49 mil millones de dólares. En el período de 2010 a 2019: 383 mil millones.

Según el informe, siete de los diez desastres más devastadores en términos de incidencia económica ocurrieron en 2005, tres en 2017. La cuenca del Mar Caribe, sin duda alguna, será impactada con todas las consecuencias, que ocurren hoy día en el hemisferio norte. Sin embargo lo más triste, es que estas advertencias pasen por desapercibidas y/o soslayadas, al prestárseles la poca atención del caso. Es natural que pensemos en el carnaval y en los juegos Panamericanos, con toda la parafernalia que todo eso conlleva en Barranquilla... Lo contraproducente está en la aparición de consecuencias súbitas, inmediatas y mediatas, las cuales hasta el momento no están identificadas. Vamos a tener aumentos en los incendios forestales en el parque vía Isla de Salamanca, vamos a tener una reducción notable de árboles y de cobertura vegetal arbustiva, se presentará la desecación de los cuerpos de agua adyacentes al río o lejanos, la cuña salina avanzará río arriba, a distancias desconocidas y por ende, sólo con lo anteriormente expuesto, que no está medido por modelos que proyecten sequías extremas, no sabremos a dónde iremos a parar, ni cómo nos impactará. Después, obviamente, ni hablar de las lluvias torrenciales y continuas, del aumento de las velocidades de los vientos alisios como lo estamos notando. La lista es larga y culebrera...

Toca prepararnos... ¡Lógico!. Pero, ¿cómo y bajo qué prerrogativas?. ¿Cuál es el plan de trabajo sustentado y calibrado?. Como siempre en esta ciudad, región y país, los políticos proyectan que es mejor dejar las cosas así, que ellas solas se componen y que la ley del mercado, es también actuante y vinculante ante las problemáticas medioambientales. ¿No será que ese hastío, revolcado con tardanza a drede, es el signo vital que ejemplifica que los dineros en los bancos son incólumes y nada les pasará?. Acumulamos efectivo en cantidades alarmantes. Hasta los bancos se quejan de ello... No entiendo... Para que los "negocios" sin riesgo e inversión "prosperen" (es decir, los "ceveyísticos"), es menester que la economía exista, se dinamice... no que los activos vitales se incendien, o sean lavados por la lluvia o los vaporicen los vientos. Así de fácil señores "facilistas", perdón... señores políticos y/o "Padres de la patria". Planto mi bandera tricolor y me cuesta soltar mi risita compungida, por tener los labios cuarteados. Lo que sí sé, es que de estas, no nos salvamos ninguno. ¿A dónde van a correr con todo esos fajos de billetes?. Terminarán iluminando las cuevas o los refugios con ellos, porque en ninguno de los antropohuecos les cabrán, "ceveyísticos" empolvados... 

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt