Las relaciones internacionales son cambiantes, la política tampoco está exenta a esa naturaleza y los sabios oportunistas no menos... Henry Kissinger ya casi centenario, no se descarta como aportante válido de todo lo anterior. Probablemente lo definen como uno de esos pocos "super think tank" que rodan y enfatizan sobre las vicisitudes del relacionamiento entre las naciones. Sin rodeos, en una entrevista al Wall Street Journal declaró que estamos cerca de una guerra nuclear entre los EEUU, Rusia y China. Culpa de la ambientación de la misma, a los trazamientos políticos de Biden, sin tener idea de sus consecuencias. Antes se había quejado de la poca preparación de los líderes de occidente, pero ahora se remite a los hechos. Su experiencia no pasa de agache y sus críticas afinan mesura y practicidad. De alguna manera sirven de parangón, ya que errores como los de Pelosi, pueden causar conflictos impredecibles.
¿Qué propone Kissinger como el flamante apóstata de la diplomacia?. No olvidemos su papel en la gestación de los golpes de estado en Latinoamérica en los setenta, siendo el de Chile su cúlmen. Pues ahora llama a la distensión afirmando que parte de esta crisis, reside en la pésima gestión política de su país. Aboga por no crear tensiones innecesarias y opta por la búsqueda de variantes para la relajación situacional. Esboza otra de sus reglas de oro: no se puede crear una crisis sin saber qué clase de resultados pueda generar. Ha afirmado que lo de Ucraína es inviable por sus nexos histórico-culturales con Rusia. Insiste que la desaceleración económica derivada de los conflictos regionales, muestra la franca imprevisibilidad por tomas de decisiones erradas.
Kissinger, como gran camaleón de la excelsa diplomacia abunda en mucho pragmatismo, lo que no es lo mismo a lo superfluo de las declaraciones de los bandos. Habrá que identificar si estas realidades que propone obedecen a nuestros tiempos, pero lo cierto es que sus preceptos del acuerdo y descarte de la confrontación, dan más respiro para la búsqueda de soluciones. Traten de leer sus declaraciones a pesar de estar en la versión paga del diario. En verdad es vital consultar al único oráculo diplomático viviente. El propagandismo de toda la prensa occidental no gana guerras, como tampoco la generación de escenarios de conflictos que en nada ayudarán a la verdadera paz mundial. Solamente por convicciones, por experiencia y por lo sabido, una persona decide abandonar aquellos preceptos que pueden poner en riesgo la existencia de nuestro planeta. Eso no es malo; lo pésimo es la provocación y la imposición de condiciones a otras potencias, repletas de armas nucleares.
Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
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