domingo, 19 de marzo de 2023

EL JUNIOR MUESTRA OTRA ACTITUD

Ir al estadio siempre es grato y más en estas rúbricas de espacio y de tiempo, cuando al Junior de Barranquilla, pareciese que todos los planetas le llevaran la contraria. Con hora y media de antelación, encontramos hasta los parqueaderos llenos. Habían más de 35 mil almas junioristas y en medio de tantas vicisitudes tan disímeles, era y será siempre regocijante asistir. Vinieron buses de Valledupar, de Riohacha, de las poblaciones de la Depresión Momposina. Nunca había visto en mi vida a un Junior colero con tanto respaldo. Y lo repito hasta nunca cansarme: es el equipo regional de fútbol más grande del mundo.

El estadio atrás con gente colmando las graderías...

Quiero ser enfático: hay buen equipo, ayer con ese empate con Santa Fé se demostró. Tampoco es el super equipo, pero está claro que los jugadores responden de acuerdo al entrenador y su cuerpo técnico. Ahora es una dimensión aparte, es un comienzo con una campaña restringida y si llegamos al octogonal (difícil, pero sin duda lograble), dará pie para enmarcar otro camino. Sí, es un equipo integrado, dinámico, sustentado, mucho más correlón que antes, que decantó en ese golazo del gran Vladimir Hernández. Gol de equipo para la alegría de todos; nada que hacer...

Los defensas centrales urgen de reacomodo. A Andueza le cuesta cabecear bien y Ortíz no sale con la pelota con soltura; no coordinan movimientos y por eso el empate. Hinestroza, desobediente y desacoplado, parecía una veleta sin rumbo. El medio campo mejoró ostensiblemente, metió enjundia, dieron guayo, nutrieron a los delanteros y su derroche entregó regocijos. Hizo falta el Juan Fer para que nos deleitara con lo suyo, haciendo de las suyas y pateando a la suya, no como el Hinestroza ese... La delantera requiere trabajo y posicionamiento, demanda afinación de conjunto. Menos mal el Vlacho brilló (como juniorista auténtico), la metió y corrió como nunca. El desafio del Bolillo Gómez va a ser sustentar a Bacca y motivarlo para que entregue todos sus restos (por algo vino de Europa). 

La casa llena, una afición que sabe que el equipo no anda bien pero que tiene excelentes jugadores, una fanaticada que brinda apoyo como nunca lo había hecho y ante estos altibajos. El dueño tiene que pellizcarse; a la larga, la gente quiere es LA LIBERTADORES y para eso hay que ganar los campeonatos nacionales. El Junior es el concentrador de 11 millones de caribes colombianos quienes son sus verdaderos poseedores. Ayer demostró a todos los peliculeros de malos presagios, que podemos divertirnos en el estadio, que la distracción está ahí más cerca que antes y que esto es vínculo integrador de una región con tantas necesidades...

Si empezamos a vencer de visitantes, entonces todo será a otro precio. Un técnico en estos cortoplacismos, sabe que lo primero es cambiarle la mentalidad a todo el mundo (incluso a Fuad Char). Lo otro, lo futbolístico es con más calma urgente, lo disciplinario será de acuerdo al cada uno y al cada quien, lo inspirativo (y ahí, la puerca si tuerce el rabo) será el afianze que nos ponga a todos a  soñar. Si son los jugadores que mejor ganan y les pagan a tiempo, debe haber algo que hace que estén por estas honduras. No todo lo va solucionar el Bolillo porque el dueño y las directivas, deben cambiar de mentalidad y trabajar en equipo también. Fijen prioridades, salgan del aire acondicionado y rodeen a los jugadores...

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt






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