domingo, 14 de noviembre de 2021

LA CUMBRE CLIMÁTICA Y COLOMBIA

LA CUMBRE CLIMÁTICA Y COLOMBIA

La llamada cumbre climática en Glasgow, la COP26 (Conference Of Parts) auspiciada por las Naciones Unidas, fracasó estrepitosamente (ya son 26 reuniones y nada de nada). Se convirtió en un mero formalismo institucional y en una recepción de quejas y pseudo-soluciones sin remediaciones sensatas a la vista. Sus alcances fueron sustancialmente modestos, desde hace tiempos sabidos y sin trascendencias. No escucharon a la juventud, no les dieron vocería a los de a pie. Hablaron los que llegaron en avión y se apiñó una melcocha de politiqueros, industriales ponzoñosos, banqueros barrigones y mercenarios de todo tipo, vestidos eso sí, con trajes de frac o con atuendos de cada país para parecer creíbles. Era lógico que los países que se creen desarrollados (para pena de todos), hayan sacado la mejor parte del pastel y traten de mostrarse ahora como garantes y aseguradores. Sabemos de sobra que son los que más han hecho daño al medio ambiente, pero desde tiempo atrás y con tal de sostener márgenes de acaparamiento financiero, que les lleven tranquilidad a sus reservas paradisíacas y panameñas, que la Tierra les quite el sueño, les importa muy poco. Lo increíble, como en todos los casos, es que la gran prensa, nuestro enemigo primigenio y locuaz, no quiera reconocerlo y para eso cobren... Menos mal están las redes… George Orwell se rasca las chácaras y sonríe a placer.
La Sierra Nevada de Santa Marta al fondo...

Este COP26 es el acuerdo donde de forma ataviada y sin miramientos, explica que nos vamos a seguir calentando y como no existe ni un solo compromiso, todo quedará en papeles blanquecinos untados con tinta de heces. Paris 2015 hizo mayores logros… 203 países que a final de cuentas acordaron reunirse el próximo año, con tal de exponer sus compromisos y de pedirle a los más ricos, una doble postura en sus inversiones para luchar contra el incremento climático. Nada más… en eso se resume todo y lo demás son puras y roídas promesas. ¿Quizá por eso no fueron ni los chinos ni los rusos?. El Blah Blah Blah es evidente en sus pronunciamientos. Una idiotez de más es tratar de que no remonte la temperatura media más allá de los 1.5 C⁰ cuando estamos en 1.12 C⁰ (y subiendo, para que se pellizquen…). Dentro de un año cuando lleguen y aterricen las promesas, ya estaremos en 1.5 o 1.6 C⁰ y pontificarán que tranquilos, el límite anterior sigue siendo una mera raya pero llegar a los 2 C⁰ no sería el desastre, así los polinesios no necesiten regar sus jardines inundados con agua salada. Colombia, además de ir a pedir plata y creyéndose el supremo garante de la Amazonía, prometió reducir en un 51% las emisiones de gases (GEI), recortar en un 40% el carbono negro (otra vez ese color… ¿alguien conoce el blanco?) y llegar a cero deforestaciones en el 2030. Pingues verdulerías… ¿No les parece risible que entre pandemia y crisis climática, los acaparadores monetarios sigan creyendo que nada de eso va a afectar sus negocios?.

¿Cuándo va a salir en cine esa película donde todos los magnates de este mundo, se arriban a una isla lejana, con fardos de millones de dólares, con bitcoins inscritos en sus celulares, diciendo quién tiene más y quién es más poderoso?. Se les acaban las reservas alimenticias, las guerras desfiguraron la faz de la tierra, no tienen a dónde ir. Muere el primer rechoncho, luego el segundo… empiezan a canibalizar a los primeros y se dan cuenta de su pésimo sabor. Poco a poco se van destruyendo y el dinero es arrastrado por los alisios y los bitcoins se quedan esparramados en los chips de unos teléfonos inservibles. Las plantas portátiles no procesan el agua de mar y van muriendo de sed uno a uno… ¿Dónde está esa malparida película no joda?. Fuimos a pedir plata y resulta que acá la miseria en Colombia mata más rápido, junto con la violencia, que las calenturas atmosféricas. Pronto se va perdiendo el nivel de mediocridad. A Sarmiento Angulo hace rato Bill Gates ordenó tirarlo por la borda de su yate, ya que no servía ni para poner un vaso con agua. La isla queda sola y los peces de nuevo aprenden a caminar para que jamás de los jamases vuelvan esos humanoides, que se creían perennes e imprescindibles. Todos son devorados hasta su último gen y empieza un nuevo comienzo. En Colombia somos excelentes para hacer el papel de mediocres y a lo sumo, quienes buscaban el filtro para ser mejores y más consientes con nuestras vidas, no pasan de ser unos prosaicos comunes, repletos de medianías. Allá a Glasgow pernoctó el títere para tomarse las foticos chéveres pidiendo subsidios. El suplicio de nosotros implica la falta de compromisos como pueblo y como nación. Nacerán otros seres felices con el agua salada y abundante alimento, y con mentes claras… ellos después pontificarán que los colombianos fuimos la tapa de la mediocridad en pasta, hasta para morirnos y sin dejar nada a cambio… en lo absoluto… La mediocridad ralentiza los daños, la maldad no.

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

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