lunes, 13 de diciembre de 2021

LAS LÁGRIMAS DE CLAUDIA SON CUADRADAS

Miren el transcurso de los hechos... No seamos ilusos, porque lo importante va más allá de ofrecer perdón. No Claudia, no sea silábica: el perdón se pide con sinceridad, no se ofrece. Quizá lo peor que usted ha transmitido en sus citas y declaraciones, es notar esa violencia policial como un exclusivo caso puntual, a sabiendas que en Colombia existen, de forma oficial, pormenorizada y extendida, esas atrocidades en nuestros esquemas de control de orden público.

No te creo Claudia como tampoco valoro tus lágrimas. Esa parsimonia tuya se agrupa exclusivamente en solucionar una situación puntual, pero no se extiende a valorizar los estados reales que padece nuestro país. Discurren muchos videos con tus declaraciones, donde incitas la fortaleza y la reciedumbre de las fuerza pública para aplacar las protestas, y de esa forma poder ser resueltas usando el puño o la bala. Ya a Soacha la hemos barrido innumerables de veces... No sé la razón de esa saña pero es injusto que tu mentor, el senador Robledo, guarde un silencio ladino y pretencioso sobre esos ámbitos y esas señas. Aquí no estamos asistiendo ante una solución de raíz, sino que presenciamos simplemente el paso de páginas ante hechos que quieren caracterizar como comunes.


Ahora toma tus lágrimas y llévatelas, porque no pueden ser sino asi: ellas son cuadradas, ya sea en un significado o en los otros... Pareciese ser que se extendiese la opinión ataviada de que la represión curará todos los males para que el uniporcentisimo siga a flote. Este constreñimiento edulcorado, bien marcado en sesiones de dolores supuestos, no va a aplazar los males que tenemos encarnados en nuestro tejido social: son muchos y latentes. La democracia no es un valor confesional que lo otorga la prensa oficial, ¡no señora!, la verdadera democracia tiene su esparcimiento en una bondad generalizada y en la búsqueda de las verdaderas soluciones. Ese tinte verdoso del partido que representas, se ha cubierto con la sangre de seres inocentes que nunca jamás supistes defender. A tu bandera, puedes supeditarle una bolsa de cemento de tu contratista, o unos rieles para llevar las cajas mortuorias a los cementerios. Has superado a Peñaloza en estatura dictatorial, como simple llorona de velorio.

Estamos ante una  mancuerna dirigencial, como la redoblante máxime en buscar excusas o encontrar refugios en el palacio de San Carlos. ¿Qué importa decir que lo habías presagiado, a sabiendas de tener el poder distrital para impedirlo?. ¿Dónde están los verdaderos culpables?. La gente hace rato le ha perdido miedo a la represión o a los anuncios tajantes. Vas rezagada en la trama electoral, las encuestas avizoran nuevos rumbos y quizá sea esa la razón del porqué no han habido más efusiones callejeras. No Claudia, no tragamos entero... fuera de ser cuadradas, esas lágrimas tuyas las endulzas con azúcares del río Cauca, con una cruz en nombre del Señor como respaldo... Y no te la tires de pendeja: ya la hemos visto en televisión hasta el hartazgo.

Víctor Hugo Marenko Boekhoudt

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