jueves, 17 de febrero de 2022

CUANDO LAS ARCAS QUEDEN VACIADAS

¿Ustedes creen que los contrincantes son pendejos?. No señor, ni que con "modelos cursis" tratásemos. En este caso, la demostración de pasos de animal grande, de que el Pacto Histórico, liderado por la Colombia Humana con Gustavo Petro como estandarte, se está configurando como una opción, no son las plazas llenas que están densificando; no señor, es el deseo de muchos azarosos corruptos, a cargo de ciertos puestos gubernamentales de prevalencia, para vaciar las arcas antes de elecciones. El temor de que ganemos en primera vuelta es latente, expreso y tan concluyente, que entre ellos recorre ese rumor y esa propuesta, para hacer el salvataje de cuellos y hundir a los provinientes. ¡Ni un peso irán a dejar!... No basta ser trascendentes, como tampoco es menester decir que "eso se veía venir".... Son los efectos posteriores, por estas actitudes malsanas y aviesas, a las que nos tendremos que acomodar. El retoricismo no es explayar que nos quedaremos sin plata, sino la presión al pontificar que somos malos gobernantes o que nos transmutamos en unos incapaces perniciosos. En pocas palabras, en caso de alcanzar el triunfo en primera vuelta, se darán todas los resquicios no solamente para dejar ilíquidos y desinflados, todos los bienes tangibles de cada municipio, departamento o de la nación. Aún así, el problema será la estrategia y determinación para hacerle frente a la terrible posteridad, que nos legarán estos rezanderos, heresiarcas proto-financieros de adviento. 

¿Con quiénes contaremos?. ¿Quiénes nos financiarán?. Y es que no basta la encomiable "quejadera" y los lloriqueos prosopopéyicos: habrá que remangar camisas y a buscar donde no habrá nada, a tocar las puertas que no nos quieran abrir, a rogarle a los vecinos a que nos presten gasolina, después de haberlos "trapeado" en la campaña preelectoral, en fin, a agachar la cabeza y a comernos nuestros interludios rebuscados. Las poses de grandes políticos finiquitarán y luego, la gente no querrá oír más discursos porque lo que desean son soluciones. El dólar de nuevo pegará un salto de garrocha (es buena hora de comprarlos, como recomendaría el prestidigitador Carlos A. Vélez, cuya mediocridad le saca honduras en su rostro). El orden de presión y confabulación desafiante y desfinanziante será de rangos incomparables, jamás nunca vistos. No estoy diciendo que nos asustemos sino que desde ya, nos preparemos dado a que lo que viene. En caso de ganar, no todo será tan fluvial, ni tan lechoso y sí muy tieso... ¿Qué hay que hacer?. ¿Cómo proceder y por dónde empezar?. Quizá no hay por ahora respuestas pero si vale la pena, desde ya, hacer modelaciones macroeconómicas de suturas discretas. El problema, a pesar de tener un contexto supremamente parodójico y de ser de lo más previsible, es antiético y bastante realizable por parte de esta piara de mal parados. Es como si dijéramos que los mochileros de las esquinas del Barrio Abajo del Río, de Barranquilla, no compran votos: ellos, son unos agraciados asistentes de buen rostro y lozana actitud. 

Pasar de la euforia de la ganancia electoral, a la tristeza por unos fondos raquíticos en las arcas gubernamentales, ocurre en todos los países de por aquí en un tris... Sin embargo hay dos grandes problemas: cargar con el "muerto" per se y el otro, no afrontar el gravísimo acertijo por mediocridad o por incompetencia, que a la larga, es lo mismo. De sobra sabemos que Petro no lo va a solucionar todo. Acuérdense como le dejaron las cajas a Samper y después como le cayeron encima. La problemática es latente pero ganando el Pacto, le pondrán rivetes inmartillables. Observen como a Piedad le han caído con "momias extranjerizadas" y con tretas de prensa espúrea. ¿Y qué dirán Ustedes de los consabidos colados que pulurarán como expresión de la tolerancia y la diversidad ideológica?. Acá, en estas vertientes, los pluralismos no cuecen porque el problema será de plata física y dura. O hay o no hay y a menear el ñango no joda... Lo demás serán recalentamientos viscerales, baboserías linguísticas, pérdidas de tiempo, hambre plena, incumplimientos e inconsistencias con los dignos electores que creerán en nosotros. No basta abrir los ojos y estar atentos, si la parsimonia y la supra-tolerancia política, carcome todas las buenas intenciones y las promesas políticas. Si señores, que no sean esos aforismos adocenados, que nos conviertan en pútridos "marranos", como el actual, para después hacer el hazmereír, como cuando apoyamos a las actuales "baronesas" a cargo de nuestra Bogotá, sumida ahora en esta cantidad de mugre y maloliencias. 

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt 

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