martes, 21 de febrero de 2023

EL CONFLICTO RUSIA OTAN

El discurso de hoy del Presidente ruso Vladímir Putin, ante la Asamblea Federal nos hace reflexionar. El enfrentamiento está claramente dentro de un escalada sin precedentes y singularmente, marcará un incremento de la guerra en Ucrania. De por medio están los arsenales nucleares de parte y parte, la seguridad del mundo, almas humanas inocentes y un tránsito de una organización económica unipolar a una multipolar a lo sumo. El mismo discurso no trata solamente el tema de la guerra y jamás pretendo sumarizarlo; lo presenta como un resumen del estado de Rusia en la actualidad, en todos sus ámbitos económicos, bélicos, logísticos, culturales, relacionales y otros.

Las banderas de Rusia y Ucrania, dos países hermanos...

Lo clave es que el gobierno ruso está resuelto a sostener sus esferas de influencias, a defender sus gentes, sus territorios ancestrales, su idioma, sus intereses de toda índole y su integridad nacional. Apenas se está en la fase de las declaraciones y contra-declaraciones, culpas, victimizaciones y señalamientos. La guerra física se concentra entre ucranianos y rusos, pero el transfondo y los motivos reales estriban entre la OTAN y Rusia. Un enfrentamiento directo entre estos dos sectores, desembocará en un cruce de misiles de alto rango, convencionales al inicio y luego, nucleares. Es la guerra que nadie quiere, pero que en medio de esta situación, nos vamos dirigiendo poco a poco hacia la misma, sin ninguna clase de contención o miramientos.

Putin es tajante y expone con claridad los propósitos prioritarios de su país. Occidente y la OTAN, sin mando unificado, hacen declaraciones puntuales con devaneos incongruentes, pululados con retoricismos subterfúgicos y abluciones de manos sin quizás saber, a lo que la humanidad se atiene. El hecho que Putin haya declarado el derecho a lanzar los ataques ucranianos fuera de la línea fronteriza rusa, resume su intención a incrementar el conflicto y marchar hacia las fronteras de la OTAN. Son más de once millones de rusos étnicos viviendo en Ucrania, a quienes se les han desconocido el derecho a expresarse en su lengua materna, a tener vínculos de toda índole con Rusia y sus familiares, a hacerse visibles como tales, por culpa de una serie de legislaciones tipo nazi del actual gobierno ucraniano, de la cual la prensa occidental hace caso omiso en reseñar.

La sóla suspensión hoy por Putin, del único tratado vigente de control de armas nucleares ofensivas, el START III, con los EEUU (no con la OTAN), resalta peligrosamente un calamitoso hito en medio del roce entre la OTAN y Rusia. Pareciese que ya estamos pasando de los insultos a los gritos, a mostrar las armas detrás de la solapa porque hace rato vienen señalándose con el índice. Todo aquí se torna entonces en un dédalo intrincado, sin salidas y sin aire para respirar. ¿Será que vendrán de nuevo las pruebas nucleares de bando y bando?. Nos queda a nosotros, los tercermundistas desnuclearizados, llamar a la cordura y ejercer presión en la ONU, que no ha estado a la altura de este enfrentamiento rucio, entre pueblos eslavos hermanos. Las voces de los otros pueblos y naciones deben ser escuchadas. A Occidente le duele la posible pérdida de la tal "inversión" en el lado ucraniano si ganan los rusos. Ellos están detrás de la destrucción de Rusia como patentiza Putin y los rusos no bajan sus brazos. Estas son por tanto, esas apuestas caquéxicas, desastradas, que han llenado a la humanidad de muertes de inocentes y de dolores sin fin.

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
21 de febrero del 2023

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