domingo, 6 de agosto de 2023

EL BOMBARDEO DE HIROSHIMA

El bombardeo de Hiroshima ocurrió hace 78 años. Murieron en el primer impacto unas 87 mil personas (el 9 de agosto de 1945, Nagasaki fue sujeta a otro bombardeo nuclear pero era una cuidad más pequeña) el mismo día del impacto y se considera como el récord de la mayor causa de muertes de civiles en toda la historia de la humanidad, por un solo golpe. Vaya logro y vaya vanaglorio...
El alcalde de Hiroshima en la celebración de hoy 6 de agosto del 2023 hizo este manifiesto:

"Los líderes de todo el mundo deben enfrentarse a la realidad de que las amenazas nucleares expresadas ahora por ciertos responsables políticos revelan la locura de la teoría de la disuasión nuclear".

Matsui también colocó en el cenotafio una lista con los nombres de 339.227 víctimas. En ella figuran 5.320 personas fallecidas o cuya muerte ha sido confirmada en el último año. 

Ante una situación de este estilo, es imperioso preguntarse si la razón del uso de armas de tanta potencia, tiene asidero para refrendar la paz del mundo. Bajo estos argumentos nos parece que estamos equivocados y que no miramos de forma integrativa, la solución de las problemáticas que aquejan a todo el globo terráqueo.

Han querido vendernos que el concepto de que las potencias son urgentes para hacer el control de los conflictos. La experiencia nos ha demostrado que no es así; no sólo la disuación no ha cumplido su propósito sino que las armas nucleares sirven como pretexto para infundir miedo y temor a aquellas personas y/o estados, que no se sujeten a los lineamientos principales por ellas delineadas.

La Segunda Guerra mundial fue una guerra nuclear. Los nazistas ucranianos de Zelensky han dicho que no hay que temerle que se desaten un enfrentamiento nuclear contra Rusia, algunos Jefes de la OTAN, no observan con malos ojos un proceder de este estilo. En sumatoria, la implementación del uso de las armas nucleares está en manos de cabezas incompetentes y que no visualizan las consecuencias que una acción de este estilo pueda resultar, se presenta como una pésima señal.

Un conflicto de este estilo, al desatarse, terminaría de incrementar a estertores inimaginables, el efecto maligno del "Atropogenismo Atmosférico" (término acuñado por mi persona en escrito anterior) en nuestro globo terráqueo. Simplemente las potencias y hasta ciertas organizaciones visibles de la ciencia, junto con sus científicos, omiten de hablar del impacto negativo geoambiental de los conflictos bélicos en la tierra. Eso no necesita demostración y se presenta más que un axioma, más aún si es nuclear.

La Tercera Guerra mundial no puede seguir disuadiéndose porque en la medida en que así lo hagamos, la estaremos nada más postergando de a tanto. Esa guerra se evita si se eliminan las armas nucleares; ni siquiera el guardarlas sirve. Quizás la gran contradicción estriba en que un conflicto de este estilo, deja sin resilencia el sistema productivo económico occidental y por eso, hay muchos contrarios a su implementación dentro de esas esferas. El uso de la energía atómica pacífica, como gran contrariedad, puede salvarnos de la mayor consecuencia del antropogenismo citado: el calentamiento terrenal o mal llamado global.

A veces, la codicia no es tan mala y convence más que las ínfulas inherentes, de acopio de riqueza, poder y armas. Los Marxistas de texto bajo el sobaco, jamás previeron algo de ese estilo y sin embargo, parece estar funcionando... De pronto, el pragmatismo suprayace a todos los teoricismos estúlticos, devenidos de alambiques esquineros. Nadie es inmune a la radiación...

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

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