domingo, 2 de marzo de 2014

UCRAINA Y RUSIA HOY DIA

Quizá me tomo un atributo algo desmesurado en hacerles un recuento de lo que pude observar durante mi estancia en Rusia y Ucraina. No deja de inquietar todo lo que ocurre alrededor de estos dos países otrora hermanos. Como tampoco puede apartarse de nuestra atención tratar de dilucidar qué es lo que se encuentra en juego. Parto del hecho que en variadas ocasiones visité las diversas regiones de Ucraina ya sea por  cumplir con las prácticas atribuídas a mi formación como ingeniero, en la Ucraina occidental cuando visitaba a un familiar cercano y por razones de negocios.
Ucraina es parte fundamental de los estados eslavos donde se incluyen fundamentalmente a Bielorusia, Ucraina, Polonia, Bulgaria, Rusia, Eslovaquia, república Checa y los estados de la antigua Yugoeslavia. Sin embargo la relación especial y cercana que se fundamentó en los tiempos de la URSS, sustentada en la hermandad que se fraguó en la defensa de la Madre Patria, hizo que este sentimiento se extendiera por toda la frontera entre estos dos estados. La segunda guerra mundial dejó una huella imborrable en ellos y a pesar que un sector importante de pobladores ucranianos fueron colaboradores de los invasores alemanes, luego de ser vencidos, los nacionalistas pronazis se dispersaron a occidente. Era  inobjetable que muchos rusos pasaron a vivir a las zonas de fronteras con Ucraina, en especial en las ciudades de Jarkov, Dniepropetrovsk, Donekst, Mariupol, Gerson y otras. Por otro lado, el nacionalismo ucraniano se radicó en la frontera occidental con Polonia siendo la ciudad de Lvov su máximo exponente y en algunas cercanías de la ciudad de Kiev, quienes mayormente conservaron la lengua ucraniana y algunas tradiciones culturales idiosincráticas.
Con la desintegración de la URSS en 1990 y las nuevas opciones de estas naciones en su surgimiento, emergieron nuevas alternativas y por ende, otros intereses. Yo sinceramente observé en la misma ciudad de Kiev una alta presencia de población rusa y un extendido uso de la lengua rusa. En Lvov si noté que la influencia rusa era menor y en la zona campesina, era mucho mas fuerte; con ciertos visos de un nacionalismo ucraniano notable. Aunque el ucraniano y el ruso se entienden a la perfección y el peso de compartir muchos efectos históricos es notable, me temo que en estos años de lejanías después de los noventas, se ha reinstaurados las nuevas posturas de un radicalismo inusitado antiruso. He aquí el problema... Los orígenes de estas nuevas "cepas" ideológicas requieren otro análisis que no es menester tocarlo en este escrito. Sin embargo la emergencia de esta nueva correlación de fuerzas e intereses no considera la condición natural de la población rusa que vive en Ucraina. Creo que eso es un error craso y lo visto a mis ojos en mis posteriores visitas de negocios que entablé estando en Colombia, dieron a conocer que los rusos en Ucraína deben ser tenidos en la cuenta.
Quizás ésta sea una de las faltas sustanciales en la consideración del estatus quo de Ucraina. Los rusos residentes no aceptaron nunca la "ucranización" de la expresión idiomática y menos, la imposición por la fuerza del habla. Dentro de este recuento, en los últimos siete años varias legislaciones desde Lvov y Kiev, imponían leyes en torno a la impostura de cambios en la educación y la relación formal entre los habitantes y el estado. La degeneración se expresó finalmente en la discriminación primeramente sutil y después abierta, de los rusos y sus descendientes. Estas políticas no pudieron implantarse en las poblaciones donde los rusos son mayoritarios. No olvidemos que el peso electoral en Ucraina está a favor de la población de origen ruso.
Por tanto la expresión étnica rusa es abierta y muy sólida entre las regiones suroriental, oriental y nororiental de Ucraina con Rusia. Crimea históricamente siempre ha sido rusa incluso en época zarista. No se sabe hasta que punto la población ucraniana entre a justificar una guerra con los rusos. Me temo que Europa y USA deben sopesar debidamente sus apuestas en un enfrengamiento que puede degenerar en otra guerra de rivetes étnico-raciales e idiomático, como la de los balcanes. El apoyo ruso es incuestionable y sólido. Veo muy posible que Rusia salga a sustentar su peso específico y a hacer valer la influencia en su entorno. Puede ser que se den algunos preámbulos y diálogos de paz en torno a la problemática ucraniana pero en una correlación de fuerzas de despliegue, Rusia posee una ventaja estratégica, un apoyo poblacional indudable y un estímulo étnico religioso importante. Las tropas rusas podrán avanzar sin dificultad varias centenas de kilómetros sin oposición alguna. No creo que las sanciones le preocupen mucho a Putin a razón de la indudable dependencia de muchos paises europeos de los hidrocarburos rusos. Además, Rusia exhibe unos indicadores económicos envidiables; quizá los mejores de sus últimos años. Estamos en la guerra tibia y sin preámbulos.

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