lunes, 8 de febrero de 2021

AVALANCHA EN EL HIMALAYA Y NUESTRA NUEVA "ÉTICA" ASOCIATIVA

El glaciar Nanda Devi se rompió en el distrito Chamoli de la provincia de Uttarakhand el domingo por la mañana y dañó una presa en el río Alaknanda, en el Himalaya. Se presentó un aumento desproporcionado del nivel del agua en el río o como lo catalogamos en Colombia: una avalancha. Se esperan informes de pérdidas de vidas humanas y propiedades, pero la cuenta ya supera las doscientas pérdidas de personas. Toda una tragedia. Algo referente puede esperarse en el caso de Hidroituango. El impacto del mal llamado cambio climático es cada vez más incidente. 

Imagen de la avalancha arrasando en el Himalaya.

Es válido hacer una relación con la temática de Hidroituango y en estas imágenes puede observarse el impacto del agua y sus consecuencias en el curso de la catástrofe. No por demás debemos hacer las referencias del caso que esta situación conlleva en una serie de condiciones, que en Colombia no hemos sabido manejar. La previsibilidad es muy importante en todo lo referente al desempeño de la ingeniería, que no son varias sino que dentro del contexto de las responsabilidades, son una sola. ¿Qué nos espera a futuro?. ¿De qué manera debemos reaccionar?. ¿Cuáles son los planes de acción a implementar?. Estas son algunas de las preguntas que nos circundan sin que al respecto, existan las respuestas adecuadas y pertinentes. Es que muchas veces prefieren silencios absolutos sobre este tema.

Este es apenas un mínimo caso de referencia. Sabemos de sobra que en relación a lo Hidroituango y otras zonas de montaña, en un país que por su geografía es uno de los más propensos del mundo al aparecimiento de esta fenomenología, son muchas las situaciones de este estilo que habrán de esperarse. Sobre este respecto, pende un trabajo evaluativo de detalles que debe implementarse; en Colombia no existe un inventario pormenorizado de respuestas a los retos que impone el incremento de la temperatura del planeta tierra. ¿Dónde están esos estudios?. Por supuesto, ese es uno de los daños graves que ofrece la corrupción, la cual inherentemente es distractiva, retardataria y echa por el suelo todos los planes de mejoramiento de la condición humana. La llamamos como corrupción indirecta y sofisticada, casi imperceptible pero pudrición al fin...

En este respecto, las asociaciones de ingeniería, los organismos asesores del estado, las personas que tengan criterio, tienen mucho por hacer. No es lo mismo cuando dentro de ellas se notan a las claras, favoritismos de parte del gobierno con tal de conservar las cuotas, o que en otro caso existan miembros que se eternizan en las juntas de las sociedades de ingenieros con tal de engordar sus sueldos y sus pensiones. Un desgreño a las enseñanzas de ética y moral que tanto preconizan en sus aulas universitarias y en los cursos de interventoría. Lo peor es que ya hay ingenieros de estas mismas almas máter que están en la misma senda para seguir ese ejemplo "inflacionario" (no económico) y muy antiético de por sí, que varios de sus colegas han implantado en su gestión como partícipes "honrosos" y honorables de juntas directivas, para que las universidades donde trabajan, se traguen el cuento y prospere la hinchazón de sus alforjas.

Tenemos por tanto un flujo supremamente erosivo, tenemos unas condiciones propicias en nuestro país, tenemos una bomba de tiempo sobre las cabezas de los habitantes del bajo Cauca, inferimos una supuesta normalidad y de por sí, sin que hasta ahora nada altere este status quo de inmovilidad que nos embarga, no hacemos nada en lo absoluto. Los directores de las sociedades de ingeniería a nivel nacional, regional y local, deberían preocuparse por lo que pasa y puede ocurrir en nuestro país. Sabemos que no lo están haciendo, conocemos de sobra que ese apoltronamiento los asienta y destella en inmovilidades que los propicia a rodar solamente en la inercia que incita el gobierno, al saber que no conoce cómo hacer las cosas. Nosotros como ingenieros nos convertimos en espectadores que luego reaccionaremos con lo del: "Ya lo habíamos dicho", obviamente después de la tragedia.

Muchas gracias señores... Así no hacemos país ni tejido social del bueno... La inercia es ese tipo de movimiento bien conocido que incita a movernos sin darnos cuenta y que bien va ligado a prácticas corruptas sutiles.


Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

No hay comentarios:

Publicar un comentario