Jornadas de vacunación con grandes incertidumbres...
Podría pensarse en lo sabido: manipulaciones de mercado y las ya aburridas maquinaciones a que nos tienen acostumbrados. Es el capitalismo y especular es "dulce" y hasta se premia con titulares en los periódicos donde una posición de fuerza, se enaltece con negrillas de éxito. Pero, a fin de cuentas, ¿qué más hay detrás del cutarro?, como decimos en mi tierra. Se llama duda de efectividad y eso no lo mencionan: Al verse en la incertidumbre del futuro, las potencias prefieren acumular vacunas para especular un poco y también, para solventar los baches que se presenten con esa tal "durabilidad" de la llamada efectividad. En caso concreto sería el indicador más diciente de cada vacuna. Si es bajo, por ejemplo de 6 u 8 meses de amparo, todo se complica. Por tanto provisionan una alarmante cantidad, importándole la condición de los otros.
Nosotros los colombianos pertenecemos a esos "otros" y con estos mandatarios que no actúan sino que hacen lo que les dicen, pocas esperanzas se siembran. Es verdad: había que elaborar nuestra propia vacuna y la tecnología era lo de menos... Mas sin embargo, nos vemos ante esa incertidumbre de esperar que los "rubios" se revacunen, se sientan seguros, nos llegue el tercer pico y hasta el cuarto, con nuestros muertos. Claro que estas muestras de solidaridad se pueden dar en estos contextos, con réditos económicos incluidos, pero no ese tipo de segregacionismo burdo y opcional que brinda la escala de las fronteras. Al menos, al no saber cómo reaccionarán las vacunas, ellos se amparan con las cantidades, mientras frenéticamente seguiremos quejándonos. ¿No lo sabía?, pués entérese, que esto va para largo amistades. Ahora sí se dan cuenta hasta qué punto somos seres cobayudos...
Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
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