sábado, 21 de enero de 2023

¿DE QUÉ PRESUMIMOS?

Al haber nacido, apenas salidito del vientre estimado lector, usted está exculpado de todo. Es decir: usted es inocente en vista de que los castigos, se asumen de acuerdo a su comportamiento y actuar, en un marco de referencia que unos pocos acuerdan establecer como códigos, carta magna, legislación y toda esa clase de florituras leguleyantes. Posteriormente, ellos enuncian que todos esos renglones devienen de un supuesto poder popular (jamás del grupúsculo que los propone y redacta) para el bien de todos (sinónimo intersticial: "todos = grupúsculo"). Entonces, ¿cuál poder?, con tanta indigencia y mala educación al derredor... ¿Quién los refrenda, los tercia y los expone?. Sin lugar a dudas, son ellos, los minusculachos, ungidos de toda divinidad y regodeados por la prensa heráldica y presuntuosa de libertad. Luego, aterriza el jugador que no hacen ni un penalty ni a la mascota del equipo.

La tendencia del derecho es a perdonar y a exculpar en sus esencias y por principio, más bien, por inicio, quizás por presumir parecimientos con el Niño Dios. Correcto, recuerden que en el contexto de las fábulas populares barranquilleras, Jesús de Nazareth recién nacido, tenía la particularidad de no hacer popó. Ser inocente y no tener plata, aquí es casi lo mismo. Por eso cuando te solicitaban, préstame cien pesos, contestabas: "estoy más limpio que el jopito del Niño Dios". Ahí radica nuestra inocencia y con tal de que la vida siga, parece que estamos dispuesto a todo, incluso a soportar los sinsabores que ella conlleva. Por eso existe la llamada "presunción de inocencia" y a posteriori, los "Habeas" en cuerpo presente y la casa por cárcel son los bálsamos procesales que a todos hacen henchir de felicidad. A pesar de toda la corrupción que abunda en nuestros entornos, debería existir la presunción de culpabilidad. Pero el senador se presume inocente, el concejal también e incluso, el ministro culpado por haber terceado a favor de una empresa, después que pagan la pena, son inocentes. Jamás les dirán: los ex-culpables porque pagaron y eso debe olvidarse.

La inocencia prima sobre la culpabilidad en la legislatura. Puedes ser condenado a tanto tiempo, a no ejercer cargos públicos, pero no importa, el "amiguismo" da la fuerza de torque para aptetar la tuerca y salir adelante: las conexiones nadie te las quita. Como enuncia el dicho popular de por aquí: "marica el último". O sea, el rezagado, quizá aquel que no tiene medios de defensa ni como hacerse valer; que sufra las consecuencias y padezca. Pero salta el otro postulado que tanta claridad nos dió en los avatares de la jurisprudencia: "la ética no tiene nada que ver con el derecho" y claro, no hay ni habrán caminos, para conectar la inocencia con la solidaridad, en esa mirada de la madre que después de parirlo, toma al recién nacido en sus manos, lo recuesta a su pecho y sin decirle nada, lo unge de esta manera: "tú también vas a vivir". Si señor, lo que pasa es que esos son unos vividores, unos mantenidos, como si dentro de las fases humanas, ellos jamás hubiesen sido pródigos de amor y de cuidados al llegar a estos lares. No basta estar compungidos para sentir los latigazos de la exclusión, la segregación y el racismo. Ellos vienen en el paquete...

El abogado "delasprellístico" es el que aparece al lado de su avión, cadenón de oro al cuello, sombrero de Panamá y vociferando peroratas inenteligibles, mientras sus babas se desparran en su círculo vicioso. El nuevo "derecho" que presume de la inocencia, se siembra ahora en la inmediatez, en rotondas de fiscalías a dedo y en el beneficio para los uniporcentistas. Incluso: los fiscales, los que hacen el favor, no están en el entramado favorecido, pero con las babas que les caen, les basta para engominarse el pelo. Esa es la otra felicidad: golpecitos en la espalda mientras los demás sufren inocentemente e insolidariamente. Ellos son pseudo-insurrectos y pregonan: "lo malo de la rosca, es no estar en ella". ¿Cuántos de esos círculos de poder pueden haber en un entramado social hecho de esta manera?. ¿Pocos o muchos?. Usted juzgue por su condición, mientras la inocencia nacida, repleta de solidaridad, se escapa como agua entre los dedos. El derecho y sus ramales, son mecanismos acomodaticios. 

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

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