Por Víctor Hugo Marenco Boekhoudt
Noviembre 16 del 2022
Ayer nos acostamos con la mala nueva de dos cohetes rusos atacando a Polonia, hoy nos levantamos que a pesar de la férrea vigilancia satelital y local, esos elementos, según la gran prensa occidental, no provenían de Rusia sin especificar de dónde. Dicho de otra manera, si hay una guerra entre dos países y estás en esa frontera, si descartas uno debes buscar en el otro. Pero no señores, esa lógica aquí no es conveniente (porque la antilógica es la convincente). Ahora sucede que el ácido presidente de Polonia pontifica, que a pesar que los cohetes fueron disparados por Ucrania, Rusia es la culpable. Sus sistemas antiáreos no sirvieron y expusieron un fallo garrafal irreprochable.
Al menos se aplacaron las llamadas a cesiones de crisis en la OTAN, la gritería rampante de varios de ellos invocando el ataque a Rusia y por supuesto, colocándonos en el filo del inicio de un conflicto nuclear. Hace rato que Zelensky, con tal de salir del meollo irresoluto en el que se encuentra, ha hecho lo imposible para que la OTAN se involucre directamente en el conflicto. Esta ha sido otra de sus estratagemas y a Zelensky, el volatinero circunspecto, todo se lo adulan y se lo tergiversan.
¿Qué tal que se salga con la suya en uno de todos esos intentos por venir?. ¿Qué tal que luego de eso, se desencadene el conflicto nuclear?. La piara de países rogadores de las ayudas europeas de la OTAN, saben de sobra que la rusofobia juega de su lado: la financiación siempre estará lista y vendrá en caliente. Pareciera que no se sopesa un acicate de ese estilo: un conflicto nuclear en europa es la destrucción de este modo de vida precario que tenemos. Zelensky es un aposemático incidioso, un confabulador de argucias ramplonas y a final de cuentas, un vulgar peón para reventar el eslavismo paneuropeo. Ojalá todo esto se acuerde pronto porque la matazón va "in cresendo", los prisioneros ucranianos son sexagenarios, el país está a oscuras ante un invierno cruel y la historia recuenta que con el frío, las cosas serán diacrónicas, icarias y abstrusas.
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