lunes, 26 de abril de 2021

EL COVID 19 EN EL LARGO PLAZO (VACUNAS)

Como el ministro de salud de Colombia, sigue llamando la inmunidad colectiva como de rebaño, mejor no sigamos haciéndole caso y remitámonos más bien a lo venidero. Con base en las interacciones del sistema inmunológico, la sociedad y el virus, se dan pautas para la proyección y desarrollo de las diferentes clases de vacunas. Las mismas están destinadas a bloquear, desconectar o aniquilar el coronavirus ya se encuentre el mismo, en etapas invasivas o dentro de las células receptoras. Los anticuerpos son organismos celulares extensivos que están en capacidad de conectar y desconectar los virus y sus cepas, quitándole de esta forma, su capacidad de infección. Ellos no hacen reconocimientos sino que son como una especie de llaves maestras, que desarman o arman ya sea a los virus o las células inafectadas, determinando sus capacidades defensivas u ofensivas. Repasemos someramente las alternativas existentes:

VACUNAS VECTORIALES: Son virus (o adenovirus) en el cual se inserta un pedazo sustancial del coronavirus a atacar, de forma tal que se conforme una imitación del objetivo y active las defensas del sistema inmunológico. Aquí se integran la Astrazeneca y la Sputnik V. VACUNAS RIBONUCLEÍCAS: Son moléculas o proteínas del virus objetivo (es decir, el Covid-Sars-2) que entran en las células y generan la excitación del sistema inmunológico tanto interno como externo. Aquí están la Pfizer, Moderna y la Johnson & Johnson. VACUNAS DIRECTAS: Son aquellas que actúan directamente sobre el virus, lo desintegran o inhiben con base en catalizadores químicos. Aquí se integran las chinas (Sinovac, Sinofarm) y la Covivac. VACUNAS DISFRAZADAS: Son las que componen una ambientación irritante que impide la difusión del virus, al crear un medio inviable y agresivo sólo para él mismo. (la rusa EpiVacCorona).

Es un hecho y está medido, que los títulos de las defensas del sistema inmune de todos los seres humanos, van en caída a medida que la infección abarca más nuestros ámbitos. Las vacunas han demostrado ser más efectivas cuando engañan al virus que cuando lo ataca directamente. Sé que preguntarán con un porqué, sin embargo, la biología humana se pliega ante estos exabruptos aduciendo premuras y soluciones fáciles o sabrosas. Aunque mi reticencia hacia la prensa nacional no tenga nada que ver con las vacunas, más de un puyazo nos ha de dar si las comparamos. A lo menos las vacunas engañan para bien. Goebbels hace rato le indicó la ruta al Tiempo o al Heraldo en esa línea. La problemática reside en que las vectoriales y las ribonucleicas no pueden ser reaplicadas en cortos períodos de tiempo. La razón estriba en que al estar todos “cifrados” por esa opción, no tienen campo de acción y en cierta medida podemos decir, que se “desinteresan” por seguir actuando. Ante este hecho probado, la revacunación con preparados diferentes se hará tan vital como cualquier hecho cumplido en el largo plazo. Esa es la razón del porque la oferta de vacunas variadas, es tan vital como la alta efectividad de algunas u otras. Por eso los rusos manejan tres variantes hasta el momento, ante el advenimiento probable, de cambios y recambios. Los chinos, europeos y gringos manejan dos. ¿Y nosotros?: nada… sólo escuchamos dictados, sugerencias y mandatos como pueriles consumidores de pinchazos.

Clínica General Del Norte en Barranquilla. La gente a la espera... 

Los precios de las vacunas se han convertido en una categoría excluyente y displicente, para los países que no tienen cómo erogar un gasto. A sabiendas de que conocemos las cuitas del acaparamiento (revacunación variada y corta efectividad de la cobertura), no hay otras alternativas a la espera. Tocará armarse de paciencia, defendernos con el aislamiento y presionar para que tengamos más componentes. La logística de la producción ha sido más complicada de lo esperado. Esa lucha ridícula de poner obstáculos a la aprobación de uno u otro producto, no dista en lo absoluto a la discriminación en todas sus índoles y sufrimientos. Miren a Europa occidental para que se mueran de la risa. Urgiremos de muchos más centros de producción: ¿dónde están?. ¿Quién y cómo se coordinará la alternancia de las futuras revacunaciones?. El largo plazo está aquí, a la vuelta de la esquina. Con justa razón y en vista de la mortandad y de un futuro que se puede complicar, somos muchos los que pedimos el levantamiento de las patentes en las vacunas, como expresión del derecho humano a la salud. La revacunación a futuro, marcará el trazado y las directrices para hacerle frente a esta pandemia, en caso de surgir escenarios mucho más complejos.

Sin embargo, lo peor es la reticencia a vacunarse, por parte de una gran porción de la población en varios países. La vacunación por sí sola no alcanzará para librarnos de esta problemática. La profilaxis y las medidas accesorias en su conjunto, ayudarán también a solventar las tribulaciones, como se palpó en situaciones anteriores (léase la viruela, por ejemplo). Dada a una reticencia explícita en Francia, Países Bajos, Rusia y en otros lares, quedará incluida la formal obligación de vacunarse, si viaja al extranjero y nada más… todo está muy crudo aún y los pasaportes vacunales, no tendrán asidero. Más allá del horizonte, la línea se nota borrosa, lúgubre y turbia. Con estos gobernantes locales que nos invitan a cierres los fines de semana, como si el virus saliera de descanso, tenemos pocas alternativas. Elsita se transmutará en la Obispa Primerísima del departamento, el alcalde con su cara de monaguillo nos tocará la campana para irnos a dormir y el de San Carlos, llamará a su patrocinador para que le indique el qué hacer, ahora que estamos sin vacunas. Los periodistuchos empolvados harán una rayuela y saltarán de foto en foto, para así decidir si suben al uno o al otro, en las encuestas que ellos cuecen. Pobre Barranquilla, pobre Colombia… sabemos lo que tenemos y nos importa un rábano. Vaya desesperanza…

 

Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

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