EL INTERCAMBIO COMERCIAL ENTRE RUSIA Y CHINA

Por Víctor Hugo Marenco Boekhoudt

Abril 13 del 2023

Como nota de interés, el gobierno chino reseña que el volumen de negocios comercial entre Rusia y China, de enero a marzo, aumentó en un 38,7%, alcanzando la cifra de $ 53,84 mil millones de dólares. Esto a cualquiera los pone a pensar si conocemos también que durante los tres primeros meses de este año, las exportaciones de China a Rusia aumentaron en un concluyente 47,1 %. ¿Dónde están por tanto reflejadas las acciones de toda esa gama de bloqueos y sanciones a la economía rusa?. El anuncio de este jueves 13 de abril, por parte de la Administración General de Aduanas de la República Popular China, pone en entredicho las acciones por minimizar o socavar la economía rusa, mientras asistimos al parón evidente en el desempeño británico. ¿Estamos hablando de un tiro en el pie?

Otros datos muestran que este trimestre, las exportaciones chinas a Rusia, ascendieron a unos 24.070 millones de dólares, mientras que las importaciones de bienes y servicios rusos aumentaron un 32,6 %, a 29.770 millones de dólares. Todas las cifras anteriores echan por tierra las iniciativas de los países de la OTAN, de postrar o poner de rodillas a la economía rusa, teniendo en su frontera a la “fábrica del mundo”: China. ¿Qué ha pasado por tanto con esa estrategia?. Mientras los aumentos en bienes y servicios en Europa se hacen sentir con fuerza, las protestas aumentan, en Moscú pareciese que no se encontrase en medio de un conflicto. Otra cifra más: el saldo positivo a favor de Rusia, de enero a marzo, alcanzó los $5.690 millones, un incremento de cerca del 7% con relación al mismo período del 2022. Parece ser, que Europa le dio la espalda a Rusia y a fin de cuentas, es Rusia quien está saliendo más favorecida de esta coyuntura. A los europeos les está saliendo más costoso, perder la fuente de energía barata, de recursos materiales y naturales y el conocimiento ruso, que lo que pueda saldar de la guerra en Ucrania. ¿En dónde radica semejante estrabismo económico?. A fin de cuentas, el ciudadano común y corriente de Europa, será el que pagará los platos rotos. El saldo de esta cuenta radica prácticamente en lo inimaginable. ¿Cómo es posible perder un socio del calibre de Rusia, sin balancear las consecuencias que ahora padecen?. 

El rubro principal del costo de los bienes importados de la Federación de Rusia a China son recursos minerales energéticos: petróleo, gas natural y el carbón esencialmente. Otras importaciones clave desde Rusia, son el cobre y mineral de cobre, madera, combustible y mariscos. China exporta una amplia gama de productos terminados a la Federación Rusa, de los cuales resaltan los teléfonos inteligentes, equipos industriales y especializados, juguetes para niños, zapatos, vehículos, acondicionadores de aire y computadoras. Ahora, remitiéndonos al desempeño histórico de años anteriores, el flujo comercial entre Rusia y China aumentó un 35,8 % en 2021, alcanzando los 146 880 millones de dólares, y en 2022 aumentó un 29,3 %, hasta un récord de 190 000 millones de dólares. Un crecimiento sostenido y a ritmos espeluznantes. Con todo lo anterior, este año sobrepasarán los 200 mil millones de dólares con facilidad y por amplísimo margen. Las fronteras entre estos países se han dinamizado a ritmo frenético y los chinos han hallado en Rusia, un socio determinante en el suministro de fuentes de energía confiables y a precios competitivos. 

En suma, el llamado “Occidente Europeizado”, se encuentra en calzas prietas al asumir la guerra ucraniana y no poder vislumbrar una solución a la vista. Es que es muy difícil librar un combate, cuando a tu oponente no le inmuta los golpes que les estás lanzando. Rusia está boyante e incólume en su desenvolvimiento económico. Para los países de la OTAN, la escalada inflacionaria, la subida de las facturas de los servicios públicos y el desencanto de la población por los pesares que padecen, no le dan base suficiente para que salgan bien librados de la guerra en su traspatio.